¡Si no quieres
HACER ALGO... di no!
Había una vez, una taza de té llamada Tana, que era muy popular entre las
tazas de la tienda, ya que era la única taza de té. Tana era muy especial,
porque, una taza de té normal puede tener tanto café como té, pero ella era muy
alérgica al café.
Un día una pareja de koalas la compraron. Tana estaba muy feliz porque por
fin tendría un familia.
Cuando llegaron a la nueva casa, Tana se hizo amiga de Aza. Aza era una
taza que podía contener de todo dentro. También se hizo amiga de Tea , la
tetera.
Antes de que usaran a Tana pasó un tiempo, pero un tiempo que sirvió para
fortalecer las amistades. Tana veía como Tea le ponía el té a Aza. Por la
tarde, Tea le decía a Tana que tenía muchas ganas de ponerle café dentro.
Muchas veces Tana quería decirle a Tea que era alérgica al café, pero no
encontraba el momento...
Por fin, la señora Koala cogió a Tana y le pidió a Tea que le pusiera la
bebida. Tana no sabía que bebida era, pero pensó que no sería café ya que el
señor y la señora Koala solo lo tomaban por la mañana y era la tarde... pero se
equivocaba.
Cuando Tea llegó llena de café, Tana se puso histérica, pero no se atrevía a decirle que era alérgica, por miedo a herirle los sentimientos.
Le pusieron el café pero no le pasó nada, pero cuando se fue a lavar, Tana
se infló mucho. Justo en ese momento pasaba por allí Aza y le preguntó qué le
pasaba. Tana, poco convencida le explicó todo.
Al día siguiente a Tana le volvieron a poner café, y como el día anterior,
se infló. Aza le dijo que era mejor decirle a Tea la verdad, pero Tana le
respondió que no quería herirle los sentimientos. Al final Aza la convenció
diciéndole que ella la ayudaría. Tana se tranquilizó un poco...
Al día siguiente, cuando Tea le estaba a punto de poner el café, Tana cogió
todas sus fuerzas y gritó:
-¡Para! Tea, te tengo que decir algo... no te lo quería decir por miedo a
herirte los sentimientos... pero te lo tengo que decir...
Cogió aire y le explico.
Desde ese día, a Tana solo le ponen té y a Aza café... así Tana no se infló
más y Aza se convirtió en taza de café... gracias a esos la amistad entre las
tres amigas se hizo más fuerte.
Lou Álvarez Lázaro
¿Físico o amistad?
Había un grande elefante llamado Careno que tenía un
amigo elefante, llamado Ron.
Una hormiguita era nueva en el cole, se llamaba Lola.
Lola estaba sola y se sentía humillada porque Ron no paraba de reírse de ella,
por ser pequeñita.
Careno fue a verla, le dijo que quería ser su amigo
porque le parecía maja y que él no se reía de ella porque el físico no le
importaba en nada.
El segundo día de cole, Ron aún se burlaba de ella
porque era muy pequeñita. Lola se sentía muy triste.
Careno estaba harto de que Ron se riese de Lola, así
que se fue a verla y le dijo que a él y a muchas más personas no les importaba
lo que piensan los otros sobre ella.
De todas maneras, el tamaño físico no importaba, lo
único importante es una buena amistad.
El tercer día de cole, Lola y Careno habían preparado
un plan para que Ron comprendiese lo que de verdad es importante y que no se
tiene que burlarse de la gente.
Lola entró en la oreja de
Ron y le hizo creer que era un fantasma y que, si seguía riéndose de la gente,
volvería a su trompa para hacerle cosquillas durante la noche.
Ron odiaba a las cosquillas y los fantasmas así que
tuvo mucho miedo y no volvió a burlarse de la gente. Se disculpó con todo el
mundo.
Lola y Careno le explicaron que todo eso era un plan
para que dejes de burlarse de la gente porque hace mucho daño, casi se enfadó,
pero después entendió que lo que hacía no era en absoluto bien.
A partir de entonces Lola, Careno y Ron fueron los
mejores amigos del mundo. 😊
ELIA AZENCOT
EL OSO “YOGUI”
Cada día y cada mañana se oía a lo lejos
el sonido de un
despertador natural, el Gallo Kirico que dio la señal de levantarse……..
Nuestro amigo el OSO abrió un ojo y empezó ya a gruñir…….
Finalmente se levantó de
la cama y empezó a tropezar lanzando alaridos y gritos hasta que
consiguió llegar a la cocina y encontró con su tarro de Miel favorito. Como no
podía abrirlo le dio un empujón hasta que saltó la tapa.
Se puso la tostadora y como siempre , se le quemó la tostada y se puso a
gritar de nuevo !!!!!
Se fue a la ducha y claro, como no…. En lugar de abrir el agua caliente, se
duchó con agua fría.. el pobre Oso siempre tenía mala pata porque no estaba
nunca de buen humor…
Como cada mañana nuestro Oso salió a caminar y durante su trayecto nunca
saludaba a nadie, ni tan siquiera a sus vecinos que le veían cada día.
Solía andar con la cabeza hacia abajo para no tener que ver a nadie y aunque
solía tropezar, se fijaba en cada cosa del suelo para poder gruñir. Esa mañana
decidió levantar la mirada para no chocar con la gente. Siempre veía carteles
de publicidad con anuncios que nunca le interesaban porque siempre le parecía
todo mal.
De repente oyó una música muy lejana y vio un cartel con flores de
colores….se acercó y leyó que hacían clases de YOGA. Le pareció muy curioso y
entró a preguntar sin muchas ganas……
Cuando entró en el local , vio a una chica, la recepcionista y le preguntó
cuando hacían clases para el MAL HUMOR !!!!
La chica no entendió nada de lo que le estaba preguntando….Señor, aquí se
hacen clases de YOGAAAA, Oso, que empezaba a enfadarse, le volvió a
preguntar cuando hacían las clases para el MAL HUMOR.
La recepcionista, un poco harta de su actitud, le contestó que se apuntara
para que se calmase y ya no le volviera a preguntar otra vez.
El Oso le contestó que se apuntaría y le dijo : HASTA MAÑANA !
Oso estaba muy intrigado porque cuando entró a preguntar, no había nadie en
la sala y como a él no le gustaba la gente, le pareció que si seria un buen
lugar y que le iba a gustar. Además, olía muy bien, habían flores y
olfateaba unos armos raros al mismo tiempo que se oía una música a lo lejos muy
flojita……
Al día siguiente, Oso se vistió con unas mallas y un collar de flores y se
fue a la clase. Cuando entró, se encontró que no había nadie ni nada en
la sala….. solo vio a Doña JIRAFA. Fue entonces cuando Oso se dio
cuenta que se había apuntado a clases particulares, Doña Jirafa era una
Gurú que iba vestida de blanco y estaba sentada con sus patas en el
suelo.
Doña Jirafa le propuso al oso que hiciera unos ejercicios para calentar.
Oso aceptó su trato aunque empezó a gruñir y a enfadarse.
Le hizo meditar durante 1 hora con las manos juntas y sin hablar.
Al día siguiente, Oso se levantó de mejor humor que los otros días. Se dio
cuenta que la clase de yoga le había ayudado mucho y entonces Oso le dijo a
Doña Jirafa si podía hacer una clase de 5 horas para acabar con su mal humor y
enfado constante de una vez.
Doña Jirafa se sorprendió mucho de las palabras de oso y le hizo no solo
meditar sino levantar las pezuñas, hacer flexiones y además cantar unas
canciones extrañas en un idioma que no conocía….
Oso estaba tan cansado que no podía mas y ya no le quedaban mas ganas de enfadarse y refunfuñar. Al día siguiente, Oso se despertó mucho más alegre y se vistió de blanco, se puso una cinta de flores en la cabeza y salió a pasear. Cuando se encontró con el resto de gente , sonrió y además les dio buenos días.
Oso aprendió a controlar su enfado y decidió ser profesor de
YOGA !
MIQUEL GUITART
Brisa la ratoncita con prisa
Una
noche de invierno, una pequeña ratoncita, llamada Brisa, estaba en su cama
leyendo tranquilamente una revista de viajes. De repente, giró la página y se
quedó fascinada al ver esos edificios gigantescos, altos, imponentes por sus
fachadas de cristal. Era un artículo sobre : “ NUEVA YORK - LA GRAN CIUDAD
DE LOS ESTADOS UNIDOS, SEGUNDA CAPITAL DESPUÉS DE WASHINGTON.” Con solo un vistazo, supo que era la ciudad
de sus sueños. El día siguiente se despertó con un solo objetivo, ir a Nueva
York en verano. ¿Pero cómo iba una ratoncita tan pequeña ir a un sitio tan
grande? Pensó mucho y encontró la respuesta a su gran pregunta : “¡TRABAJAR!”
Pasaron
varios días y la ratoncita estaba en su
cocina cuando vio el calendario. Se acerco a él y vio muy sorprendida que era
el 4 de enero, el verano estaba por llegar.
Necesitaba
encontrar un trabajo rápido para ahorrar al máximo para su gran viaje. Se
preparó un café con solo un terrón de azúcar en su taza favorita. Se sentó al
lado de la ventana en una silla de la mesa de la cocina con su ordenador
portátil y empezó a navegar con mucha fe a la búsqueda del empleo que cambiaría
su vida por completo. Pasaron las horas, los días y las noches…. ¡Bueno tampoco
nos pasemos! La pobre ratoncita no encontraba ningún empleo que le permitiera
ganar el dinero suficiente en tan poco tiempo para conseguir el sueño de su
vida. Enfadada, daba vueltas y más vueltas en su pequeño piso de la calle
Villarroel de Barcelona. Estaba totalmente desesperada hasta que se le ocurrió
la idea del siglo. Bajó corriendo los siete pisos de su edificio. Tenía en
mente conquistar el mundo con su asombrosa idea: TRIPLICAR LOS EMPLEOS PARA
MULTIPLICAR LOS BENEFICIOS Y TODO ESTO A DOS PASOS DE SU CASA. La ratoncita
decidió proponer sus servicios en tres de los negocios más famosos de la
ciudad, que por casualidad, se situaban cerca de su casa. Con mucha ilusión se
dirigió hacia el numero 93 de la calle Villarroel. Se paró un momento, levantó
la cabeza, vio un gran cartel iluminado con las letras en mayúsculas y leyó: “THE
BAKERY OF MIRACLES”. Entró y pidió hablar con la encargada. Una mujer
vestida de una chaquetilla con unos pantalones blancos y un delantal negro se
acercó de la ratoncita y le pidió la razón por la cual quería hablar con ella.
Nuestra pequeña ratoncita se quedó impresionada delante de esta mujer tan
elegante pero nada iba a pararla. Tenía que realizar el sueño de su vida. Por
eso, con mucho entusiasmo, sacó su ordenador portátil en el cual le presentó un
PowerPoint con su CV. La encargada se sorprendió por la calidad de la
presentación y en seguida le dijo: estás contratada, nos vemos mañana a las
ocho aquí mismo”. La ratoncita Brisa salió muy segura de sí misma y se dirigió
hacia su segundo objetivo “TRABAJAR EN LA PIZERRIA MILANO”. Llegó al numeró
85 de la calle París donde se encontraba la prestigiosa pizzería MILANO, entró
muy decidida debido a que su primera entrevista fue todo un éxito. Se paró un
momento y observó el restaurante: las paredes estaban hechas de piedra, las
mesas y las sillas eran de madera, los manteles eran de cuadros rojos y blancos
y ella se sentía como en casa. Tenía que conseguir ese trabajo, el Little Italy
de Nueva York le llamaba a gritos.
Una
voz interrumpió sus dulces pensamientos:
-“Ciao
Bella, posso aiutarti?”
-“Es
usted el encargado?” preguntó Brisa con curiosidad.
-“Si
señorita, soy yo, que quiere usted de mí ?” contestó bromeando el encargado.
-“Podría
robarle unos minutos de su tiempo presentándole mi CV y una solicitud de
empleo?” El encargado, sorprendido por la espontaneidad de su interlocutora, no
pudo decir que no. Brisa era muy perfeccionista pero consiguió acabar su
presentación en unos 10 minutos. Al encargado le encantaron las propuestas de
Brisa, en especial la de hacer comida a domicilio o pizzas personalizadas.
Salió del restaurante con el orgullo igual de grande que el planeta y con un
nuevo trabajo para el día siguiente. Se dirigió a su tercer y último objetivo:
“TRABAJAR EN EL RESTAURANTE DE SUSHI ZUKE” Llegó al número 63 de la
calle Londres. Estaba muy nerviosa porque era su última entrevista de trabajo y
si salía mal no conseguiría el dinero suficiente para viajar a Nueva York. Se
paró delante del cartel de la entrada donde ponía en dorado “ZUKE” con
una pequeña INSCRIPCIÓN. El restaurante era tan elegante y chic, que no eran
muchas las veces que había visto un restaurante así. Una joven le abrió la
puerta y Brisa enseguida preguntó por la encargada. Una voz suave le contestó
en varios idiomas:
“Bienvenido a mi palacio, Welcome to my palace, Benvingut
al meu palau, Bienvenue dans mon palais, …” A Brisa le pareció todo
muy extraño pero lo entendió todo después de que la encargada le explicase que
había viajado mucho. Esta vez no hizo falta ningún PowerPoint ya que la
encargada al ver a Brisa se acordó de ella y de las clases de cocina japonesa
tan divertidas que le había dado en el pasado. Al salir de Zuke mirando el cielo, Brisa gritó de alegría:
“¡Hasta dentro de poco Nueva York, no seas impaciente!”
Se
levantó al día siguiente con mucha emoción lista para empezar su nueva rutina.
Su planning no le permitía perder ni un minuto de su precioso tiempo. Su día
empezaba a las ocho en punto de la mañana con un horario pastelero de limpieza
y preparación de los encargos del pollito Ramón, cliente estrella de la
pastelería. A continuación, tenía que acudir con mucha prisa a la pizzería
donde le esperaban para servir en la sala y repartir las pizzas a Filipina la
tortuga, la cliente más fiel de la pizzería Milano. Todos pensareis que su día
se acababa aquí, pero por desgracia para nuestra pequeña ratoncita, le quedaba
una misión por cumplir: trabajar de noche como cocinera en el Zuke. Tenía que
responder a todas las necesidades de una clienta muy especial y exigente, la
conejita Carla, amiga íntima de la encargada del Zuke. Minutos, horas, días,
semanas y meses después. ¡Creo que me he pasado un poco! Nuestra pequeña
ratoncita seguía con este ritmo agotador. Su cerebro y su cuerpo no podían más.
Cada día le costaba más levantarse, correr a todos los sitios, y llegar a
tiempo. La catástrofe se acercaba cada día un poco más. Hasta que el fatídico
día llegó. Nuestra bonita y encantadora Brisa se acordará toda su vida del día 13
de abril de 2012. Durante ese día, su único trabajo, se resumía a repartir
tres encargos diferentes a los tres clientes prestigiosos que eran el pollito
Ramón, la tortuga Filipina y la conejita Carlota. Como cada día, había
preparado todos los pedidos para repartirlos. Le esperaba en el chaflán
Villarroel-Córcega, su espléndida moto roja brillante donde se subía con su
casco dorado como un caballero de la edad media defensor de la comida de lujo
para llevar. El primer encargo estaba destinado a la conejita Carlota, se
componía de unos sashimis de atún rojo con wasabi junto a unos makis de salmón
y aguacate con salsa de soja salada por encima, especialidad del Zuke.
El siguiente encargo era para la tortuga Filipina, quién se había pedido una
pizza personalizada de la casa Milano con pepperoni, mozzarella y
albahaca aliñada de una aceite de oliva muy especial del sur de Italia. Y para
acabar, el último encargo era para el pollito Ramón, una especialidad pastelera
de la Bakery of miracles, un pastel de pistacho espolvoreado de pimienta
caramelizada y sal del mar rojo. Nuestra ratoncita, lista para conquistar las calles de Barcelona con
su moto, se dirigió hacia las casas de cada uno de los clientes. Y aquí pasó lo
que nunca tuvo que pasar…. Se equivocó al repartir los encargos… El pollito
Ramón recibió la pizza de pepperoni, la conejita Carlota el pastel de Pistacho
y la tortuga Filipina los sashimis de atún rojo con los makis de salmón y
aguacate. Por desgracia, el pollito era alérgico al pepperoni, la conejita al
pistacho y la tortuga al atún. Los tres acabaron en el hospital, uno por inflamación
grave del cuerpo entero, otro por falta de aire y el último por problemas
cardíacos graves. UN DESASTRE, TODOS ESTABAN MUY ENFADADOS CON ELLA , INCLUIDOS
SUS JEFES. Brisa pidió disculpas, que
fueron aceptadas ya que normalmente era una trabajadora muy competente. Pero
enferma de agotamiento, tuvo que posponer su viajes unos meses hasta estar
totalmente recuperada y en condiciones de viajar y de disfrutar del viaje. Así
aprendió que :
ES MEJOR DE
HACER UNA COSA BIEN HECHA QUE TRES A LA
VEZ MAL HECHAS
La paciencia
es una buena aliada del trabajo bien hecho.
CHLOÉ FARNÓS JACQUIN
¡RECICLA!
Había una vez, una ciudad muy bonita y grande llamada LIMPIALANDIA.

Tenían una
costumbre en la familia, ponerse nombres relacionados con su color: El padre se
llamaba “Solero” , por el color del sol, la madre, “Esmeralda” , por su
preciosos color verde, la hija “Brownie” , y el hijo “BLU” porque era de color
azul. Toda la familia era muy feliz, menos el padre que tenía una gran
preocupación: los ciudadanos de esa ciudad tiraban el plástico al suelo. Es
decir, el padre estaba siempre vacío y rodeado de basura y eso además de ser
asqueroso , le molestaba muchísimo.
El resto de la familia se entristeció mucho al
ver la preocupación de Solero y además también les molestaba la suciedad que se
empezaba a acumular a su alrededor. ¡ ERA VERDADERAMENTE PREOCUPANTE! Y , LA
VERDAD, ¡BASTANTE “ASQUEROSO”!
Entonces
idearon un plan para que la gente, en
vez de tirar el plástico al suelo, lo tirase donde era debido: en el contenedor
amarillo.
Cada vez que alguien dejara un
plástico en el suelo, ellos “ vomitarían “ algo de su contenido al exterior: cartones,
botellas, residuos orgánicos…
El resultado
fue muy efectivo, la gente se “moría de asco” al verse bombardeada por la
basura y se preguntaron qué estaba pasando…
SALVADOR
SILVESTRE, un niño del pueblo, se escondió cerca para intentar averiguar cuál
era el misterio y , como era muy listo,
descubrió el enigma: cada vez que alguien tiraba el plástico fuera del
contenedor, los otros contenedores, “ devolvían
muy amablemente” su contenido a los habitantes de LIMPIALANDIA
Reunió a los
ciudadanos y les explicó la situación y
todo lo que había descubierto.
Ellos le miraron asombrados, y tras
deliberar., se dieron cuenta de su error y comprendieron lo desagradable que
había sido estar rodeados de basura. Entonces decidieron que , SIEMPRE ECHARÍAN EL PLÁSTICO AL CONTENEDOR
CORRESPONDIENTE, EL AMARILLO.
Pocos meses después , un “ojeador de ciudades “ que se paseaba en
busca de la villa más civilizada y limpia , otorgó a LIMPIALANDIA el DIPLOMA DE HONOR DEL AÑO. Todo fue gracias
a la colaboración de la familia CONTAINER
, SALVADOR SILVESTRE y los
habitantes de la ciudad.
.
JULIETA BAQUERO
INSEPARABLES
Panther era una pantera negra macho, que
perdió a sus padres por culpa de un cazador de pieles cuando era un cachorro. Y
a partir de ahí empezó a tener miedo a los humanos y decidió no acercarse nunca
más a un hombre por si acaso tuviera armas con cual matar a un felino como él.
Esta pantera se sentía segura pero muy sola y abandonada y “se aburría como
una ostra”, pensaba que lo que más necesitaba ahora era un amigo. Decidió
entonces arriesgarse a conocer a otros animales o personas y vencer su miedo.
Se aventuró en la jungla en busca de un amigo animal.
Pero un día se encontró a un hombre que caminaba tan triste y solitario
como el mismo, ese hombre se llamaba Iván Solo, lo vio escrito en su mochila de
senderismo. Parecía inocente y simpático y además no empuñaba ningún arma.
Pero Panther seguía sin confiar en él y el hombre además se asustó
muchísimo al verla y emitió un grito, aterrador. Tampoco se fiaba de la
pantera…
Cuando la pantera vio
que el hombre no tenía armas comenzó a acercarse a él lentamente. Pero el
hombre aún no fiaba y se alejaba aterrorizado. Panther comprendió entonces que
eso mismo es lo que él había estado haciendo durante muuuucho tiempo,
¡demasiado tiempo! Su miedo le había impedido tener nuevos amigos. Empezó a
idear un plan para que Iván Solo confiara en él.
Como Panther era muy ágil, se subió a varios árboles de la jungla y recogió
deliciosas frutas para ofrecérselas a Iván, ya que pensó que debía estar
hambriento después de tanto caminar. Las dejó en el suelo y se apartó y esperó
a que Iván se acercara. Entonces empezaron a hablar y se dieron cuenta de que
los dos tenían mucho en común: se sentían solos y tenían mucho miedo a los
desconocidos. De esta manera, comenzó una bonita amistad.
Juntos comenzaron a dar largos paseos por la jungla, Negrita le enseñaba
pequeños trucos para desenvolverse mejor en su hábitat, saltar riachuelos con
una liana, bajar fruta de los árboles. Iván, después de agradecérselo le
enseñó, poco a poco a saber de qué humanos se podría fiar y le explicó cómo era
la vida en la ciudad de la que él procedía.
El tiempo les pasaba volando y juntos,
poco a poco, se atrevieron a hacer nuevos amigos: Félix, el cocodrilo les ayudó
a cruzar el río, Chispa, un monito les daba clases de escalada… era muy
divertido.
Por fin tenían a alguien con quien contar y ya no estaban solos, porque
habían aprendido a confiar
EDUARD BOETA DUPRÉ
RAY, UN REY SOLITARIO
Érase una vez un partido de ajedrez. En ese partido
las piezas blancas tenían un problema:
Su rey llamado Ray creía que podía ganar la partida él sólo.
Las piezas intentaban convencerle de que no lo lograría pero el rey
era muy tozudo y no aceptaba su . Cuándo Ray logró entrar en el territorio del
adversario, se dio cuenta de que no sería
tan fácil cómo pensaba. A pesar de ello, siguió adelante
Cuándo estaba a punto de dar jaque mate, Ray se dio cuenta de que la Reina del equipo negro le está
bloqueando el camino.
La reinaempezó a amenazar su territorio, seguida del alfil, el caballo y la
torre.
El rey descubrió que al aliarse con
la torre, el alfil y el caballo, la Reina se había vuelto mucho más fuerte y él
mismo pudo darse cuenta de su grave error.
Una torre blanca llamada Roqui vio que Ray tenía problemas y el ofreció su ayuda.
Ray la aceptó y le dijo:
-<<Sí, por favor. No se me había pasado por la cabeza que podía pedir
ayuda.
Tal vez he
sido un poco orgulloso
Roqui comenzó a colaborar con Ray
Ahora mismo vengo a ayudarte>> juntos consiguieron bloquear los
ataques del equipo contrario.
De todos modos, Roqui vio que ellos dos solos no podrían mantener a raya al
equipo contrario durante toda la partida Y pidió ayuda a las demás piezas que se
unieron a ellos , encantadas de sentirse útiles y valoradas .
Juntos lograron ganar la partida y , sobre todo, disfrutar y pasarlo bien sintiéndose parte de un equipo.
Ray aprendió que la próxima vez que se encontrase en un apuro como ese,
pediría ayuda a sus
amigos y que TRABAJAR EN EQUIPO ES MUCHO MÁS DIVERTIDO .
MARC BRU
Amistad en la
sabana
Leo era un león muy grande, majestuoso y muy fuerte. Todos los animales de
la sabana lo temían.
Leo tenía un gran problema: no tenía ningún amigo y eso lo entristecía. Un
día Leo tuvo una idea para hacer amigos. Darles un buen susto para que se
riesen.
Un día intento poner a prueba su idea. Espero a que alguien pasara cerca y
vio a una cebra
paseando delante de él. Se escondió en las altas hierbas y cuando la cebra
paso por delante del león, el felino se tiró encima de ella y le dio un gran
susto.
La cebra se enfadó y empezó a ofender a Leo. El león que no entendía la
reacción de la cebra pensó que ella le
insultaba sin razón. Leo se enfadó y le dio un zarpazo.

Al cabo de una semana decidió intentar otra vez hacer
amigos. Empleo la misma técnica. Esta vez se cruzó con un guepardo que iba
paseando por allí.. Se escondió y le dio un buen susto. Pero en vez de insultarle el guepardo se puso a
reír.
El guepardo le dijo:
-”Vaya susto que me has dado. Ahora me toca a mí asustarte. Cierra los ojos
y cuenta hasta 20”.
El león se puso a contar. Cuando llego a 20, abrió los ojos y no vio el
guepardo. Lo busco con la vista pero ni
rastro. Al cabo de unos minutos el León empezó a preocuparse. ¿Dónde estará? ¿Le habrá pasado algo? ¿Se estará riendo de mi? Y
empezó a preocuparse.
De repente, el guepardo salió de la
hierbas altas y le dio un buen susto al león quien no se lo esperaba.
Leo sintió por primera vez la emoción del miedo.
El guepardo le dijo:
-“Asustar a la gente puede ser divertido, pero también tienes que tener en
cuenta la reacción de cada uno y sus emociones. Además dar sustos no es la
mejor manera de hacer amigos. Teniendo todo
esto en cuenta puede que consigas hacer más amigos. Tienes que cambiar de
táctica”.
Leo escucho atentamente al guepardo.
Después de un rato Leo le pregunta al guepardo:
– “¿Como te llamas?”
– “Aris respondió el guepardo.”
– “¿Quieres ser mi amigo?”
– “ si quiero”.
Y así es como Aris y Leo se hicieron amigos.
Leo consiguió hacer muchos nuevos amigos,
gracias a los consejos de su amigo Aris. Había entendido que hay que
respetar a las costumbres y las
emociones de los demás para poder tener buenos amigos.
Tom Carillo Verrier
DE FIGURANTE A
ESTRELLA
Érase una vez un mono llamado Ñoqui que trabajaba para
un circo. Ese mono era muy cariñoso y le gustaba mucho ser visto y ser una
estrella pero también era, aunque no lo parecía, inseguro. El trabajo del mono
solo era quedarse en el hombro del presentador así que no estaba muy feliz con
el trabajo que hacía pero lo que a él le importaba era estar en un lugar seguro
con gente conocida.
Un día el circo de Ñoqui
tenía que viajar a un sitio en barco para presentar sus actuaciones. Solo que
Ñoqui era un poco despistado y se equivocó de barco y se fue en un crucero sin
querer. Al principio Ñoqui no se dio cuenta que se había equivocado de barco y
pensó que el barco era muy lujoso. Estaba muy contento de poder pasar una noche
con sus compañeros en un barco muy lujoso. Pero cuando vio que ninguno
de sus compañeros estaban en el barco empezó a darse cuenta de que se había
equivocado de barco y se puso muy triste. Pero al momento en el que vio que
además ese barco era un crucero y estaba lleno de gente se escondió pensando
que lo iban a capturar y que lo iban a llevar a un zoo.
Al día siguiente, unos
niños pasaron por el escondite del mono y lo vieron y el mono se asustó mucho y
se fue corriendo, pero los niños se pusieron a perseguirlo gritando: “ Ven
monito, ven que te vamos a coger y serás nuestro amigo” y escuchando eso el
mono se asustó aún más pero obviamente los niños no venían con mala intención.
Cuando el mono se escapó de los niños y se volvió a esconder se puso a pensar
en sus amigos del circo y lo bien que estaría con ellos y se puso a
llorar.
El mono, al día
siguiente, cuando se despertó, sintió una mano grande cogerle y Ñoqui vio que
era el cocinero. Entonces gritó: “ no me comáis por favor” y el cocinero lo
miró con dulzura y le dijo: “ Pero claro que no monito, aquí los animales no
los matamos,” y el cocinero le preguntó qué hacía aquí y Ñoqui le dijo el
porqué y el cocinero lo entendió todo. El cocinero se lo fue a contar todo al
capitán del barco y el capitán dijo que se podía quedar y que le iban a dar de
comer como si fuera un rey porque con todo eso hacía mucho que no comía.
Después de ese gran festín el capitán le dio
una de las mejores habitaciones al mono para que durmiera allí. Durante la
noche el mono se dio cuenta que había afrontado su miedo al desconocido y que
era feliz en ese barco. Esa noche Ñoqui durmió muy bien. Al día siguiente
el capitán organizó una fiesta en su honor y todo el mundo le preguntaba a
Ñoqui sobre su vida en el circo. Hasta algunos niños le preguntaron si les
podía hacer unos trucos que le habían enseñado a Ñoqui en el circo. Ese día fue
uno de los días más felices de su vida.
Al final de la fiesta el capitán le preguntó a
Ñoqui si quería volver con el circo o si quería quedarse aquí en el crucero, y
el mono se lo pensó mucho pero al final quiso quedarse en el crucero porque esa
era la vida que él quería.
Entonces Ñoqui aprendió
que si descubres lugares desconocidos que parecen hostiles pueden acabar siendo
el lugar para una vida perfecta. Ñoqui vivió feliz durante el resto de su vida
Un lugar desconocido
Puede acabar siendo tu
nuevo nido. MATEO COCULA
AQUÍ ¿MANDO YO?
Había una vez un
libro de cocina llamado Jef que trabajaba con una cuchara llamada Cuqui. Ellos
trabajaban juntos en un restaurante. Cuqui siempre tenía muchas ideas, pero Jef nunca le escuchaba.

Era un restaurante bueno pero normalito .Hasta
un día que paso lo mejor que pudo pasar. Cuqui y Jef estaban haciendo regaliz,
y lo hacían como de costumbre, pero Cuqui tenía una idea. Ella sabía que Jef no
le iba a escuchar así que paso a la acción directamente. Cogió un poco de nata
de la nevera y mientras que Jef estaba de espaldas, Cuqui: pensó este es el
momento perfecto y le puso nata al regaliz.
Por suerte
Jef no lo vio, si no le hubiera despedido de inmediato. Cuando´la receta ya estaba hecha Jef la probó, supo que Charli la
había modificado, así que fue directo hacia Cuqui.
Ella pensó que
iba a despedirla. Jef le preguntó qué cambio le había hecho a la receta, a lo que Cuqui
respondió con la verdad aterrorizada.
Jef le dijo que
le encantaba. Descubrió que las ideas de Cuqui no estaban nada mal así que desde ese día empezaron a trabajar
juntos en la creación de platos nuevos y acudió a su restaurante gente de todo
el mundo solo para probarlos. Llego un día que fue un crítico muy famoso, comió muy bien y le
encantó.
Tres días
después se publicó un artículo muy bueno sobre el restaurante. A partir de entonces sus clientes tenían que
hacer cola durante horas. Ganaron su primera estrella Michelín. Eran famosos en todo el mundo y además disfrutaban
mucho trabajando en colaboración y fueron ganando otra y otra estrella y todo
gracias a colaborar.
ALBA
ECHEVARRÍA
¡S.O.S. DESDE EL AIRE!
Era un águila que vivía
en un pueblo llamado Alpino que se situaba en lo alto de una montaña de Alaska.
Era un pueblo pequeño,
nevaba casi todo el año y todo el mundo se conocía.
El águila , desde las
cumbres más altas ,era la protectora del pueblo.
En el pueblo se utilizaban muchos tractores para hacer las
labores del campo y esto contaminaba
mucho el aire.
Poco a poco y a causa de la contaminación ,el
águila se puso enferma. En consecuencia ya no podía proteger al pueblo de los
depredadores de la zona….
Los habitantes del
pueblo, al darse cuenta de esta situación y de la enfermedad del águila,
estaban muy tristes. Buscaron una solución y decidieron usar otros métodos de cultivo
más limpios y respetuosos con el medio ambiente.
Gracias a esta decisión
el águila se curó y pudo otra vez ser la protectora del pueblo
ALEX FALGUERA
Yo soy así
Érase una vez una zapatilla de
ballet que se llamaba Odette. Ella vivía en el país de los zapatos de flamenco
con Lola, Juan, Paulo, Carlos y otros… Los zapatos de flamenco le dijeron a
Odette que tenía que taconear. Ella lo hacía para no quedar mal pero se sentía
incómoda y a disgusto. Odette no taconeaba nada bien porque no tenía tacón y
los demás se burlaban de ella.
Por las noches, Odette se colaba en
un estudio de ballet y bailaba durante horas y horas hasta el amanecer.
Entonces se sentía libre y de verdad feliz, haciendo lo que a ella le gustaba.
Sin embargo, a Odette no la admitían en los espectáculos porque la gente decía
que no taconeaba bien.
Una vez que Odette estaba entre
bambalinas mirando a sus compañeros taconear, oyó una voz que le llamaba: “…Odette…”
Se giró yo vio en un rincón un viejo
patín de hielo. Odette se acercó y le preguntó:
-
“ Quién eres?
-
Soy Roberto. El viejo patín
añadió: “He vivido lo mismo que tú, Odette. Sí, te he estado observando. En mi
juventud, yo era como tú. No sabía hacer lo mismo que los demás. Y, además no
valía para eso; yo valía para patinar, para patinar sobre hielo y no sobre el
suelo. No tenía ruedas y todo el mundo se burló de mí. Pero, un día, pensé que
si no podía hacer lo que la gente quería de mí, haría lo que se me daba bien.
Estuve practicando en una pista de hielo y me di cuenta de que valía para eso.
Cuando te vi en el estudio lo recordé: yo valgo para patinar sobre hielo y no
sobre la piedra o el suelo y tú, no vales para taconear, sino para bailar. Sigue
tu instinto.”
Odette estuvo
pensando horas y horas sobre lo que le dijo Roberto y decidió hacerle caso. Al
día siguiente, se puso frente a los zapatos de flamenco y les dijo:
- “He tomado la decisión que
no os voy a hacer caso. Me da igual lo que penséis de mí y que os burléis
también. Ya no temo al “¿Qué dirán?” Odette les convenció que la vida no era
solo un taconeo y que todo el mundo podía hacer lo que quisiera.
Odette les mostró lo bien que podía bailar y todo el mundo se quedó
impresionado. Odette quedó como una heroína frente a los zapatos de flamenco y
empezaron a pintar, jugar al rugby, bailar, hacer puénting y hacer todo lo que
quisieran sin tener en cuenta su miedo a la opinión de los demás. Odette bailó
espectáculos por todo el mundo junto a su amigo el patín y les ayudó a seguir
su camino a la gente que dudaba como ella y el patín en el pasado. Ellos
vivieron felices haciendo lo que verdaderamente les gustaba.
Mila Flores Sauvage
KUQUI EL CANGURITO VALIENTE
Érase una vez, una mamá canguro que tenía un bebé que se llamaba Kuqui. Era
un bebé muy inteligente y divertido, pero le pasaba algo: tenía mucho miedo y
no lo afrontaba. Por eso no había salido todavía de la bolsa de su madre.
Mamá Canguro ya no sabía que hacer: ¡todos los amigos de Kuqui ya habían
salido de la bolsa de sus madres! Entonces tuvo una idea: llamó al Sr. Koala,
un viejo amigo suyo, para que la ayudase. Después de hablar un buen rato por
fin hicieron un plan.
Esa noche Mamá Canguro se sentó con Kuqui y le dijo que para ayudarle a
superar sus miedos había hablado con el Sr. Koala y habían decidido que él y el
profesor se irían juntos de aventura. También le dijo a Kuqui que había
escogido al Sr. Koala porque era muy sabio y sabía que su hijo le tenía
confianza.
Al día siguiente, Kuqui estaba esperando en la puerta de su casa con su
maleta muy nervioso porque tendría que dejar la bolsa de su mamá, pero sabía
que era importante para él. Entonces llegó el Sr. Koala listo para ir a la
aventura. A Kuqui le costó mucho despedirse de su madre, pero al final se fue
con un poco de lágrimas en los ojos.
Al cabo de un día, los dos amigos llegaron a un desierto enorme de piedras
donde se instalaron para dormir. Esa noche Kuqui pasó mucho miedo porque no paraba
de oír ruidos extraños. Solo quería una cosa: volver a la bolsa de su madre
donde no tendría miedo. Con la ayuda del Sr. Koala, se tranquilizó un poquito y
consiguió dormir.
Al despertar, una sorpresa les estaba esperando. ¡Un wombat* se estaba
comiendo su desayuno! Empezaron a hablar con ella y ella les dijo que se
llamaba Mina y que le daban miedo los animales salvajes.
Entonces decidieron irse juntos los tres. Caminaron toda la mañana hasta
que llegaron a un río muy grande.
Los dos pequeños se asustaron mucho cuando vieron que tenían que cruzar ese
río tan grande. El Sr. Koala les dijo que no pasaba nada y entonces decidieron
construir una barca para cruzar el río Al llegar al otro lado, los dos pequeños
se sintieron muy orgullosos de sí mismos y con un poco menos de miedo.
Durante la noche, Mina y Kuqui se dieron cuenta de que se sentían más
fuertes y aprendieron que es mejor afrontar los miedos que esconderse de ellos.
Esa noche Kuqui se sintió mucho menos asustado.
Al día siguiente, volvieron a casa. Kuqui estaba muy contento de volver a
ver a su mamá. ¡Ella estaba muy contenta porque su hijo ya no tenía tanto miedo
y hasta le dijo que iba a probar de pasar unos días fuera de su bolsa! ¡Le
dieron las gracias al Sr. Koala y vivieron felices y sin tanto miedo para
siempre!
*Wombat o tejón australiano: Es un marsupial
nocturno australiano.
Helena Franzen
LaS diferenciaS
Ésta es la historia de un gato que se llama Negan, y un perro que se llama
Lothaire.
Al principio, Lothaire, el perro, estaba solo en casa, como un rey
disfrutando de todo el amor de la familia con la que vivía , sin compartirlo
con nadie.
Un día sucedió lo que para él era un
desastre, un gato llegaba a su vida y a su familia!!!
“Lothaire el rey de la casa” Lothaire es nuestro
perro. Es un bulldog francés. Tiene cinco años, es de color crema con los ojos dorados. Lothaire
est un perro muy bonito, mono y amable.
Mi hermano, mi hermana y yo, pasábamos nuestro tiempo con él. Nos gustaba
darle besos y abrazos. Lothaire era el rey de la casa!
“Una llegada sorpresa” Un día, estábamos de
viaje y encontramos un gato en una
tienda de mascotas. Es un Maincoon, grande y muy bonito. Toda la familia lo
queríamos . Decidimos adoptarlo y traerlo a nuestra casa. Lo hemos llamado
Negan, como el nombre de un
personaje de una serie.
Lothaire no le dio una bienvenida
simpática…al revés…
“Un acuerdo difícil” Lothaire no estaba contento. Su carácter cambió
mucho. ¡Quería morder! ¡No quería compartir los abrazos!
Negan no quería ponerse en la disputa porque no estaba cómodo al ser nuevo en casa. Se escondió. Toda la
familia ponía atención de dar abrazos por
igual a las dos mascotas
“Amigos para
siempre” Gracias a esto las cosas
fueron mejorando poco a poco. Ahora, son buenos amigos : Lothaire deja su cama
a Negan para que descanse y Negan deja sus juguetes a Lothaire. Les gusta jugar
juntos! Son amigos para siempre.
“Moraleja”
AUNQUE
SEAMOS DIFERENTES , PODEMOS SER AMIGOS
MÉLINE IMFELD
Un mundo POR DESCUBRIR
Una abeja que se
llamaba Pepito vivía en una de las colmenas más pequeñas de Barcelona. Estaba
cansada de estar siempre en la misma colmena, así que un día decidió salir,
viajar y ver mundo.
Cuando salió por primera vez, vio un
nuevo mundo antes sus ojos y empezó a recorrer todas las colmenas de Barcelona,
pequeñas y grandes, en parques y en azoteas
Utilizaba el autobús
para hacer todo el recorrido. En cada colmena Pepito se lo pasaba en grande y
aprendió muchas cosas: conoció a nuevas abejas, aprendió nuevas culturas..

Le faltaba por visitar una colmena, la más grande y lujosa de Barcelona. Estaba situada en el parque de Montjuic.
Pepito cogió el bus y se dispuso a ir a
Montjuic. En el bus se encontró a otra abeja y se dio cuenta que las dos
querían ir a la misma colmena. Entonces vieron que ese bus no iba a Montjuic
sino a Tarragona
.La sorpresa fue que cuando se bajaron
del bus, tenían el parque de Port Aventura delante de sus ojos. Entonces
decidieron entrar en el parque y poder disfrutar de aquellas atracciones tan
divertidas. Se lo pasaron en grande
Pepito y su nuevo amigo Ildefonso
decidieron ir a visitar la Ciudad de Tarragona. Vieron el acueducto, se fueron
al Puerto Deportivo y a la playa.
También aprovecharon para visitar las colmenas de allí y se quedaron a dormir en una de ellas.
Al amanecer cogieron el bus de vuelta a Barcelona y esta vez no se equivocaron de línea. Al llegar a Montjuic, las dos abejas alucinaron con lo que estaban viendo, era una colmena espectacular, super bonita y enorme

Cuando acabaron de ver ese espectáculo, las dos abejas decidieron viajar por todo el mundo juntos para poder experimentar cosas nuevas. Pere López
El pincel
estresado
Érase una vez un pincel llamado Pelican, vivía en una tienda de
productos especiales para la práctica de las bellas artes.
Roberto, un pintor muy famoso decidió de
ir a la tienda de bellas artes a comprar un pincel, para hacer su mejor obra.
Cuando Roberto fue a la tienda de bellas
artes, estuvo mirando mucho tiempo pinceles y al final acabó escogiendo a
Pelican.
Cuando Roberto compró a Pelican. Pelican
se puso muy nervioso, ya que nunca había pintado y no quería fastidiar el
cuadro a su dueño. Pero el siempre había pensado que seguro que pintaba muy
bien.
Cuanto más se acercaba el momento de
pintar el cuadro, más nervioso se ponía el pincel.
Y por fin llegó el día de pintar el
cuadro. Roberto se dispuso a coger su caballete, preparar la tela, coger
sus pinturas… Había llegado la hora de la verdad.
Acabó de coger y preparar esas cosas para
su obra maestra. Fue hacia el fondo de la sala dónde se encontraba el pincel.
Pelican estaba muerto de miedo.
Roberto cogió el pincel y se preparó a
pintar su cuadro. Pelican estaba tan estresado por la posibilidad de
estropear el cuadro a su dueño, que se le cayó algún pelo.
Cuando Roberto se puso a pintar, Pelican
vio que el cuadro le estaba quedando genial. Y en lugar de estar estresado se
tranquilizo y empezó a disfrutar al pensar que pintaba muy bien.
Y así Roberto y el pincel pintaron su obra
maestra. Pelican aprendió que no se tenía que estresar al hacer su
trabajo. Y a partir de entonces, Roberto solo quiso utilizar a Pelican, su
mejor pincel, para pintar sus cuadros.
INÉS LOSADA
EL EQUIPO PERFECTO
Un oso llamado Winny
vivía en una cueva que estaba situada al lado de un árbol que tenía una madriguera
a sus pies. Era la casa de un conejo llamado Robert. Eran muy amigos porque
cada día se iban a cazar juntos, iban a pescar y a recoger moras en el bosque.
Un día estaban
tranquilamente volviendo a sus casas con toda la comida que habían conseguido,
cuando de repente el conejo se desmayó del susto al ver que unos humanos, más
precisamente un abuelo y su nieta de 7 años, habían construido una casa muy
cerca de su madriguera. Cuando se le pasó “el patatús “, el conejo ya estaba en
su casa pensando cómo podía aprovecharse de esta situación. Hasta que al final
se le ocurrió una muy buena idea: intentar que la niña se encariñase con él
hasta que le empezase a dar comida cada día, y así fue. Al día siguiente, el
oso se fue a pescar solo ya que su amigo no quiso acompañarlo. Y así pasaron
días y días.
El oso empezó a tener
celos del conejo porque no tenía que esforzarse para conseguir comida, mientras
que él tenía que caminar 2 kilómetros cada día para ir al río y poder pescar
toda la comida que iba a comer. También se sentía muy solo ya que casi nunca
veía a Robert porque siempre estaba con la niña, sin embargo, Winny lo aceptaba
guardando todo su enfado y tristeza por dentro.
El oso no pudo aguantar
su ira más de una semana. Entonces decidió hacer lo mismo que el conejo: ir a
ver a la niña. Pero cuando se acercó a la niña, ésta se puso a gritar como una
loca. El abuelo se acercó al jardín con una escopeta disparando al aire para
asustar al oso que se fue corriendo a su casa pensando que nunca más tendría alguna
posibilidad de poder ser amigo de la niña, y se puso a llorar sin consuelo.
Cuando el conejo se dio
cuenta de que estaba a punto de perder a su mejor amigo, se fue corriendo a la
cueva para intentar consolarlo. Robert le dijo que tal vez los humanos lo
prefiriesen a él, pero Winny también tenía otras capacidades como la fuerza o
su gran tamaño…, pero estas palabras no lograron consolarlo.
Así que Robert decidió
contar a su amigo Winny un secreto: cada día cuando iba hacia la casa de los
humanos se cruzaba con unas águilas que le molestaban y eran agresivas con él
tal vez, incluso querían comérselo y le pidió que, si le ayudaba a vencerlos,
él también le ayudaría a convencer a los humanos de que no era tan malo como
aparentaba si no le conocías.
Por suerte el oso se
tranquilizó y no solo aceptó la propuesta del conejo, sino que también ideó un
plan: Winny se escondería detrás de un árbol y Robert pasaría por el mismo
camino que cogía normalmente cuando le atacaban las águilas. Una hora más tarde
estaban juntos en la casa del oso celebrando que el plan les había funcionado
tal y como lo planearon, pero el conejo se dio cuenta de que ahora le tocaba a
él hacerle el favor a Winny.
Robert se acercó a la
casa de los humanos sabiendo que era su turno, se acercó a la niña y le dijo
que el oso solo quería ser su amigo y poder comer de su mano. Entonces la chica
le dijo que estaba de acuerdo y le preguntó cómo podía atraer al oso, con lo
que Robert le respondió que a Winny le encantaba la miel y que le podría dar una
sorpresa, poniendo miel delante de la casa del abuelo para que saliese como si
fuera un cebo y mientras estuviese comiendo, se acercaría por detrás y le
acariciaría para que se diese cuenta de que quería ser su amigo.
Y dicho y hecho, la niña
puso delante de la puerta principal un gran cuenco con deliciosa miel. Winny no
tardó en darse cuenta de que había su manjar preferido y decidió acercarse
sigilosamente a la granja esperando no ser descubierto. Cuando llegó y se
encontró la miel, no esperó ni un segundo para comérsela. Fue entonces cuando
el oso percibió alguien detrás de sí, era la niña que se aproximó para
abrazarle y darle la bienvenida siempre que quisiera como amigo.
Winny estaba muy
agradecido de Robert por haberle hecho ese favor y el conejo también. Al final
se hicieron tan amigos de la niña que pasaron más tiempo en su casa, con ella,
que en sus propias casas.
No te desanimes por lo que no puedes
realizar, piensa en lo que sí eres capaz de lograr
GERARD MILIAN
verdadera
amistad
Érase una vez dos cocodrilos que vivían en un lago pequeño en el país
lejano del Amazonas. Uno se llamaba Coco y el otro Drilo. Ambos eran muy amigos
y pasaban mucho tiempo juntos, pero a Coco le gustaba demasiado hablar y nunca
dejaba hablar a Drilo. Cuando Drilo conseguía hablar , Coco le cortaba todo el
tiempo las frases sin darse cuenta.
Coco - Oye, el otro día me encontré con mi amiga Zebri. Hace mucho tiempo
que no la veía y está muy guapa.
Drilo - Yo me encontré… (Coco le corta)
Coco - Y la otra tarde me encontré una moneda de un selvo (moneda de la
selva). Qué suerte, verdad? Siempre me encuentro selvos ...
Drilo- (pensando) Ay, por Dios! Algún día me dejara hablar …?
Drilo se despidió de su amigo porque tenía que volver a casa. Por el camino
se puso a pensar: tantos años de amistad y no le puedo hablar, ¡ojalá algún día
lo entienda!
Un día Coco enfermó y tuvo anginas, lo cual provocó que se quedara
afónico y no pudiese hablar. Cada vez que intentaba hablar le dolía terriblemente
la garganta y por mucho que lo probara no podía, forzaba tanto la voz que se
agravó. Ese día mismo fue
al médico. La doctora Tarántula era muy conocida por haber salvado a muchos
animales de la zona. Le miró cuidadosamente la garganta y finalmente le dijo
que intentase no hablar y que en una semanita se le curaría. A Coco le gustaba
tanto hablar que se puso muy triste, pero su amigo Drilo le consoló y le hizo
compañía. Drilo empezó a hablarle de todo lo que no había podido decirle en tanto
tiempo. Se lo dijo y empezó a contarle chistes para que se animara. Coco no
sabía que Drilo era tan gracioso y que tuviese tantas cosas de las cuales
hablarle!. Coco se dio cuenta de que había sido egoísta a la hora de
hablar con su amigo ya que sólo hablaba él. Pensó en que era amigo de Coco hace
ya mucho tiempo y no podía seguir así porque si no tendrían que dejar de ser
amigos.
Siguió quedando con su amigo y escuchándole. Se apasionaba con todo lo que
le contaba Drilo. Había estado tanto tiempo sin escucharle que se pasó
horas oyéndole contar historias y así es como Coco aprendió a escuchar a los
demás, y ahora conviven bien y se escuchan mutuamente.
“Si escuchas más a los demás, mejor les conocerás.”
Marc Ráfols
Y EL GANADOR ES… GRETO!
Érase una vez, un elefante llamado Greto. Este elefante era de color gris y
muy, pero que muy grande, y tenía unas orejas inmensas. Pero tenía una
particularidad que le hacía resaltar: tenía 5 patas en lugar de 4. Sus
compañeros, es decir, los demás animales de la sabana, se burlaban de el, ya
que pensaban que tendría problemas para moverse.
Los miembros de la sabana decidieron hacer una carrera, y Greto se quiso
apuntar. Los demás animales, al oír la gran noticia, empezaron a reírse sin
cesar.
El día de la carrera, que era un día muy soleado, llegó, y Greto estaba muy
preparado.
Cuando el árbitro, que era una jirafa muy alta y llena de manchas marrones,
anunció, con un silbido el inicio de la carrera, Greto comenzó a correr con
todas sus fuerzas. Al cabo de unos minutos, cuando miró hacia atrás, vio unos
cuantos arboles, unos arbustos y a los demás concursantes a lo lejos: es decir,
él iba en primer puesto.
Al finalizar la carrera, que duró unos 5 minutos, Greto quedó en primer
puesto. Estaba muy feliz. Ya que había quedado en primer puesto,
todos sus compañeros estaban orgullosos de él no se volvieron a burlar de él.
JIMENA RIVIÈRE
Tritón y los
indígenas
Érase una vez Alejandro, Guillermo y su mascota
mágica, llamada Tritón. Tritón no era como las mascotas de hoy en
día sino que Tritón es una tortuga parlante ¡Y sabía pilotar un avión!
Guillermo era un chico de 20 años. Alejandro era muy amigo de Guillermo y
también tenía 20 años.

Tres días después los
dos se despertaron, pero se sentían tan débiles
que no podían ni hablar. Mientras tanto, Tritón era capturado por unos indígenas mientras gritaba:¡Ayuda quieren
hacer sopa de tortuga en mi caparazón ,ayuda!
Alejandro y Guillermo
querían levantarse y correr tras ellos pero no sentían las piernas.
Tras un buen rato ya
estaban en buenas condiciones pero aún les faltaba encontrar a Tritón, así que
cogieron sus provisiones y se embarcaron en su búsqueda.
Después de caminar
durante dos largas horas encontraron a Tritón ¡A punto de convertirse en sopa
de tortuga !
Entonces Guillermo sin
pensárselo dos veces cogió su espada y seguido de Alejandro, cortaron la cuerda
donde estaba Tritón y lo cogieron.
Los indígenas llamaron a
la jefa de la tribu que dijo:
¿Porque tu quitar
nuestra comida?
A lo que Guillermo
respondió:
¡Tritón no es comida!
A lo que la jefa
respondió:
Pero nosotros tener
hambre.
Guillermo al oír eso
decidió darles sus provisiones.
La jefa lo aceptó y les
dejó una cama para que pudiesen dormir.
Al despertar vieron que
la jefa les miraba fijamente hasta que le preguntó:
¿cómo llegar
ustedes?
A lo que
Guillermo respondió:
Nosotros
íbamos a mudarnos a Nueva York pero un motor explotó y nos estrellamos.
A lo que la
jefa respondió:
Yo tengo solución.
Los
dos le miraron y dijeron: ¿Cual?
A lo
que respondió: seguidme.
Los dos se levantaron y de repente, el avión roto apareció delante de ellos
la jefa empezó a hacer un ritual y empezó a salir humo blanco y cuando se
separó el avión apareció arreglado. Guillermo y los demás abrazaron a la jefa
entonces recogieron comida y subieron y empezaron a despedirse. El
avión voló lleno así de vuelta a su nueva casa Nueva York.
COLABORANDO SE RESUELVEN LOS PROBLEMAS
Raúl Sánchez
LOS NERVIOS DE LILA
Érase una vez una
pulpita de color lila a la
que le gustaba cocinar. Se llamaba LILA, por su precioso color. Un
día estaba en su casa con su familia viendo un concurso de cocina. Y al final
apareció esta noticia: “¡Mañana
será la selección para el concurso EL NUEVO CHEF. Su madre y su padre la miraron
le dijeron : “Te tienes que presentar, seguro que lo haces muy bien”. Ella aceptó el gran reto.
Cogieron el coche y se fueron camino al concurso: el
padre, Polpo, la madre ,Octavia, Lila y
sus dos hermanas, Pipa y Loli.
Lila estaba leyendo un libro de cocina y memorizando las recetas. Las dos
hermanas estaban peleándose por un chupa-chups de marisco , que era su
favorito.
Llegaron al lugar
donde se celebraría la selección y vieron a muchos concursantes del año anterior, mucha
gente nueva que parecía muy buena en el arte de la cocina… Los participantes se instalaron y empezaron a cocinar. Lila ya estaba preparando su postre. Cuando se
terminó el tiempo el director le dijo:
“Pasas al concurso, eres muy buena cocinera”.
Estaban en el
concurso y Lila hizo muchos amigos ,
había un chico muy simpático y que también era muy buen
cocinero. Estaban los dos con sus
familiares en el vestíbulo y Lila les dijo a sus padres: “¿y si
me traicionan mis nervios?”. Y su madre respondió: “Haz lo que a ti te haga
feliz”.
Llegó el momento decisivo: Lila estaba tan concentrada que lo hizo muy bien y ¡ ganó el concurso! El director del concurso le dijo que tenían que irse de viaje,
era una etapa prevista para los vencedores. Lila aceptó.
Ya estaba en el avión para ir a California. Llegaron al hotel de California y allí fue a una escuela de cocina . Tenía una
habitación preciosa . Cada día aprendía nuevas recetas y trucos de cocina y se iba a la playa para hacer surf.
Llegó el momento de regresar a casa.
Cuando volvió no encontró a nadie en su casa y estaba muy extrañada. Entonces se quedó sola
y triste porque pensó que se habían olvidado de ella. Justo entonces ,toda su familia salió de su escondite
gritando “¡SORPRESA!” . Llegó el día de la
fase final del concurso. Todo era retransmitido por televisión y su familia lo estaba
viendo. Lila estaba tan
nerviosa que sus tentáculos no paraban de moverse. Empezó a
cocinar, pero a causa de los nervios, no sabía si tenía que poner leche o harina, sal o azúcar… Su familia veía
que no se sentía bien y fueron rápidamente a darle su apoyo desde las gradas del público. Cuando Lila
vio que confiaban en ella se sintió capaz de superar su nerviosismo y puedo
concentrarse y cocinar muy bien. Así Lila aprendió que el nerviosismo no es un
buen aliado…
El desobediente
Érase una vez, un toro de doce años, llamado
Toribio. Era un bastante tozudo y no le gustaba obedecer ni hacer caso a sus
padres.
Un día le regañaron por jugar a
videojuegos más de la cuenta. Otro día, le expulsaron del cole por pegar a otro
niño. Y así continuamente.
Un día Toribio ya estaba harto; además, ese
mismo día ya le regañaron dos veces. Decidió alquilar un barco con sus ahorros
e ir en busca de aventuras para hacer solo lo que él quisiera. Hizo su maleta
con todo lo que necesitaba y muy temprano al día siguiente, se marchó.
Toribio iba tranquilo en su barco yendo mar adentro
sin pensar lo que se podía encontrar por allá. Empezó a atardecer y Toribio
contempló la puesta de sol comiéndose un trozo de pan. Empezó a hacer
mucho frío y el agua estaba fría como el hielo. Además la idea de no poder
compartir eso con sus amigos le puso muy triste.
Toribio dormía como un bebé con una vela de repuesto
como manta. El sol le despertó, bostezó, se estiró, sacó una caja de cereales y
desayunó. La corriente ya le llevaba, entonces creyó que no haría falta guiar
el barco.
Atardeció de nuevo pero esta vez lloviendo, habían vientos
fuertes y el barco cogió ímpetu. Cuando anocheció, se puso un neopreno que había
metido en la maleta .gracias a su fuerza descomunal y a su tamaño
imponente.
De repente el cielo se volvió negro y empezó la
tormenta; él tenía mucho miedo. Después de unos minutos, el viento era tan
fuerte que el mástil se partió en tres y el barco en dos.
El barco se hundió y solo quedó flotando una tabla de
madera. Toribio se agarró a ella como si fuera lo que más quisiera. Pero el
agua estaba tan fría que empezó a temblar hasta que casi no podía
moverse. Estaba desesperado, sentía que algo terrible podía sucederle.
En ese momento pensó en todas las veces que sus padres
le habían cuidado y le habían ayudado en las situaciones difíciles y les echó
mucho de menos … El frío le hizo perder la conciencia.
Cuando Toribio despertó, estaba en su cama, en su
casa, calentito por su cama y rodeado de sus padres que le miraban con inmenso
afecto y se dio cuenta de que, sencillamente, había sido un tonto por no
valorar la suerte que tenía.
DANIEL SÁNCHEZ
NO TE PREOCUPES TANTO
Erase una vez un joyero, llamado Goldman que se jubiló y al cabo de un tiempo empezó a perder la vista. Él quería seguir trabajando en lo que más le gustaba, pero la lámpara que tenía en casa, no le alumbraba bastante.
Un
día salió a comprarse otra. Necesitaba una con pilas porque la instalación
eléctrica de su antiguo taller ya no funcionaba. Tuvo que recorrer todo el
pueblo hasta encontrar la que le gustase
y por fin la
encontró , decidió llamarla Luchi

Pasaba tantas horas en su taller que acabó
hablándole a la lámpara.
Una noche de tormenta, solo en el taller
con su lámpara. Se puso, una vez más a hablar con
ella. Le dijo que tenía pánico de las tormentas, que
de pequeño cayó un rayo en su jardín y fue corriendo a esconderse debajo de la
cama de su madre. Allí encontró una cajita, dentro de esa cajita estaban las
pocas joyas que tenía su abuela le gustaron
tanto que desde ese momento dijo que sería joyero. La lámpara le
escuchaba pero dudaba si contarle sus propios miedos. El viejo joyero
aprovechaba para contarle sus miedos a la lámpara, cosa que no había podido
hacer anteriormente con nadie. Un día, la lámpara empezó a hablar y le
confesó al joyero que también tenía miedos. Tenía miedo de apagarse.
El joyero primero se asustó al oír su voz,
y en seguida le preguntó que de dónde
venía ese miedo. La lámpara le dijo que como
siempre estaba encendida y funcionaba pila algún día se apagaría.
El señor salió rápidamente de su taller.
La lámpara creyó que se iba a comprar otra lámpara y tenía miedo de perder a su
amigo.
Pero al cabo de un rato el su amigo llegó
con más pilas. Y la lámpara empezó a reírse porque se había preocupado
demasiado para nada. SANDRA SANTACREU
ANIMALES
FELICES
Había una vez un hombre muy rico pero muy egoísta, se llamaba Millonetis.
Ese hombre vivía en una gran mansión en medio de un bosque. Tenía tres chóferes,
cinco servidores y un guardaespaldas. Un día, al mediodía, tuvo muchas ganas de
comer un buen pato asado. Llamó a su guardaespaldas para que fuera a comprar
urgentemente un pato al supermercado. Al llegar a la tienda, el guardaespaldas se
dio cuenta de que no había carne de pato para comprar. Muy preocupado, pensando
que su dueño se enfadaría si volvía sin la carne que él quería, se fue a buscar
en todos los supermercados y carnicerías de la ciudad. Pero no había ni una
sola alita de pato.
El guardaespaldas volvió a la
mansión del hombre y le dijo, temeroso, que no había carne de pato. El hombre
no se enfadó sino que le ordenó que lo acompañara a cazar al bosque. Al
guardaespaldas le dio un gran miedo porque sabía lo que significaba eso.
En efecto, el hombre cogió un fusil
de caza, un silenciador para cada cañón, y junto a su guardaespaldas fue hacia el bosque de la reserva de caza. Un
par de horas después, encontraron un estanque. El guardaespaldas, aterrado y
cansado, acabó tropezando y el hombre cayó al agua. Le dijo: “Pedazo de
idiota como te atreves a tirarme al agua!!”. “Pero, pero…”,
tartamudeó el guardaespaldas. “Nada de peros, ayúdame a salir del agua!”. En
ese mismo momento, el guardaespaldas vio un pato que estaba solo en el estanque
al que se cayó. “Mire, mire señor…”, - “Qué, qué, qué y qué?”, dijo el hombre.
“¡Mire un pato que anda solo por allí!” susurró el guardaespaldas.
“Muy bien visto, mi querido
amigo...”, dijo el hombre. Viendo que tenía una presa fácil, le disparó por
primera vez y le dio en el ala derecha. El pato intentó volar pero no pudo. Al
verle herido , otros animales del bosque acudieron en su ayuda y le rescataron.
Los animales se indignaron porque
hacía años que no veían un cazador por esa zona del bosque.
Muy enfadado por no poder comer pato
hizo cambiar su menú por un bocadillo vegetal y se lo comió refunfuñando Mientras tanto,
los animales decidieron reunirse en un claro del bosque para organizar una expedición
a la mansión del hombre. Querían darle una lección para que nunca volviera a
atacar a los animales Todos los animales estaban ahí: ranas, ciervos, renos,
pájaros,.. etc. Decidieron pasar al ataque al día siguiente.
A la mañana siguiente, los animales comenzaron a atacar la casa del hombre,
las ranas saltaron a la cara del guardaespaldas para que los pájaros le
picotearan la calva. Los renos embistieron las puertas y los ciervos
persiguieron al hombre. Lo rodearon y le preguntaron por qué había herido al pato. El hombre respondió que era porque
quería comer carne de pato y no había en el supermercado. Un ciervo macho, que
dirigía el ataque, le dijo que, si alguno de ellos le volvía a ver cazar
en el bosque, su casa sería destruida por completo.
El hombre, atemorizado, se rindió.
Entendió súbitamente lo cruel que era atacar a los animales. Entendió lo
egoísta de su acto. Entendió incluso lo mal que trataba a sus sirvientes. Pidió
perdón a todos los animales y juró que sería vegetariano de por vida. Los
animales se fueron a su bosque, felices.
ADRIEN VAUNAT
GANCHITO AL REINO DE LA VELOCIDAD
Érase una vez una grúa que se llamaba Ganchito que trabajaba al sur de
Francia en un pueblo llamado «Le Castellet ».
Regularmente, Ganchito escuchaba el rugido de los motores provenientes del
circuito Paul Ricard.
Durante mucho tiempo soñó con
participar en una carrera de autos y sentir todas las emociones. Pero nunca fue
lo suficiente valiente para pedírselo a alguien del circuito.
Un día, reunió todo su coraje y fue a pedirle a un grupo de
autos de carrera:
« Hola, puedo correr con vosotros, por favor? »
Pero el jefe de la banda riéndose como sus compañeros le respondió:
« Pero tú estás loco!! Sabes porque me llaman Rayo? Es porque soy el
coche más rápido del circuito. Y tú eres más lento que un caracol! »
Entonces Ganchito tristemente regresó a casa pensando en la burla y
su sueño desaparecido. Volvió a su trabajo habitual pero había perdido la
alegría.
Unos días más tarde, uno coche de carreras se estropeo y Rayo
preguntó a Ganchito de ayudarle pero el se negó. Ganchito no se dio por vencido y le propuso que si les ayudaba, ellos tendrían que dejarlo
participar en una carrera.
Obviamente, Rayo aceptó y la semana siguiente, Ganchito estaba en la
pista compitiendo contra sus nuevos amigos y estaba más feliz que nunca en el
ruido y el humo!
Ganchito acabó último pero había realizado su sueño y Rayo le había
prometido que lo ayudaría a mejorarse y que podría volver cuando quisiera.
Ganchito les prometió que siempre estaría listo para ayudarles.
Durante todo el mes, Ganchito siguió mejorando y participando en las carreras pero al mismo tiempo hacía su trabajo, pero se dio
cuenta que su gancho pesaba mucho. Decidió parar de trabajar y le prestó su gancho a un compañero.
Dedico algunas semanas para cambiar algunos accesorios y adaptó una
forma de modo que pudiese participar en las careras se transformó en un
verdadero coche de carreras diferente, pero muy veloz. Poco a poco con los
consejos de sus amigos conseguía subir puestos hasta clasificarse para el
mundial.
Ganchito aprendió que esforzándose y con la ayuda de amigos todo es
posible, incluso los proyectos locos y que hasta si estas desesperado no
hay nunca que abandonar tus sueños.
ETHAN WATELET
¿Y SI ME EQUIVOCO?

Una vez , Tipi tenía que participar en un concurso de escritura , iba al
concurso con su amigo el boli. Formaban un buen equipo… Él escribiría y ella
rectificaría si era necesario.
El día del
concurso , llegó a la sala donde iba a celebrarse.. Pero como Tipi estaba tan
concentrada y obsesionada en que no hubiera ni un solo error, que empezó a borrarlo todo “ como una loca”
Cada cosa
que escribía el bolígrafo, Tipi la borraba. ¡Fue un desastre!…
Al llegar a
casa explicó a sus padres que habían quedado descalificados en el concurso
porque no tuvieron el trabajo terminado a causa de su miedo a cometer errores.
Sus padres
la ayudaron hablando con ella y
dándole buenos consejos…
Pasaron unos
meses y llegó el curso siguiente.
De nuevo
convocaron el concurso de escritura y
una vez más Tipi y su amigo el bolígrafo fueron seleccionados para participar en
él.
Llegó el día
del concurso, Tipi no quería volver a tener ese horrible miedo que se apoderaba
de ella, meditó, se relajó y se dispuso a formar un buen equipo con boli.
Esta vez
todo fue bien, Tipi supo mantener la calma
. Quedaron segundos en el concurso pero ella aprendió a preocuparse solo
por lo importante y no por tonterías, a formas un buen equipo y , sobre todo, a
mantener la calma.
JOANA CRISTÓFOL
¡NO TE DUERMAS!
Érase una vez una cámara
llamada Cami que era una cámara inalámbrica
que funcionaba con batería. Cami
vivía con unos amigos youtubers y le
gustaba mucho porque la trataban muy bien.

La
nueva batería era muy dormilona y se llamaba Batezzz.

Un día, cuando Cami ya se
había apagado miles de veces por culpa de Batezzz, los youtubers decidieron
cambiar la batería otra vez.
Cuando
Batezzzz se dio cuenta de que la iban a cambiar, le dio mucha pena porque no
quería irse al contenedor. Descubrió que la pereza podía traer malas
consecuencias para ella y para los demás.
Entonces
decidió que ya no se iba a dormir más y
que iba a dormir solo por las
noches.
Así,
Cami y Batezzz llevaron una bonita vida junto a sus amigos los youtubers y la disfrutaron mucho.
Marie Onidi