Letras y pintura

El caminante sobre el mar de nubes. C. Friedrich
(Página en construcción , en breve aparecerán los comentarios que asocian literatura y pintura)
                      
1-EL HÉROE ROMÁNTICO                                  
“El héroe romántico que introduce Byron en la literatura es un hombre misterioso; en su pasado hay un secreto, un horrible pecado, un yerro siniestro o una omisión irreparable. Él es un proscrito, todo el mundo lo presiente, pero nadie sabe lo que está escondido detrás del velo del tiempo y él mismo no levanta el velo. Camina por el secreto de su pasado como vestido de ropas regias: solitario, silencioso e inaccesible. De él brotan perdición y destrucción. Es considerado consigo mismo y despiadado con los demás. No conoce el perdón y no pide gracia a Dios ni a los hombres. No lamenta nada, no se arrepiente de nada y a pesar de su vida desesperada no hubiera querido tener otra, ni hacer otra cosa que lo que ha sido y lo que le ha ocurrido. Es áspero y salvaje, pero es de alta prosapia; sus rasgos son duros e impenetrables, pero nobles y bellos; emana de él un auténtico atractivo al que ninguna mujer puede resistirse y ante el que todo hombre reacciona con la amistad o la hostilidad .
  Es un hombre perseguido por el destino y que se convierte en destino para otros hombres, prototipo no sólo de todos los héroes amorosos irresistibles y fatales de la literatura moderna, sino también , en cierto modo de todos los demonios femeninos, desde la Carmen de Merimée a  las vampiresas de Hollywood.”
     Arnold Hauser. Historia  Social de la literatura y el arte    

2-EL ÁNGELUS VISTO POR MILLET Y POR PÍO BAROJA


El Ángelus. Millet
   
En la imagen se aprecia una pareja de campesinos en actitud respetuosa, podría decirse que orando. En el suelo, al lado del campesino una horca clavada y en medio de ambos, un cesto con la cosecha. Algo tan en principio, inocente, despertó la paranoia de Dalí, al punto de obsesionarse con el cuadro. Él veía más cosas en la imagen, cosas que nadie veía.
Desde siempre Salvador Dalí había estado obsesionado  con la muerte (de hecho, Salvador Dalí llevaba el mismo nombre que su hermano mayor, muerto antes de nacer él) y él veía una alusión a la muerte en este cuadro. Escribió incluso un tratado sobre “El Ángelus” en francés, contando sus teorías.
Cierto o no que Dalí veía más cosas en el cuadro de las que el resto de los mortales, la verdad es que analizado el lienzo con rayos X, se podía apreciar la presencia de un ataúd infantil debajo del cesto de cosechar. Este dato  lo había confirmado Dalí mediante conversaciones con un amigo de Millet. Según este amigo, el pintor francés había tapado el ataúd porque se había enterado que eso no sería del gusto de las nuevas modas parisinas. Acertó de lleno al cambiarlo como se vio, ya que la imagen pasó a decorar gran parte de los hogares franceses, pero escondió sus verdaderas intenciones, las de representar la muerte de un niño, el hijo de dos campesinos, enterrado en el campo sin más noticias para el resto del mundo que la presencia de sus padres.
Casualidad o no, en el cuadro había más cosas que las que se veían a simple vista, y al menos la muerte, como sugería Dalí, estaba representada. Cosas de los genios o del azar.



EL ÁNGELUS- PIO BAROJA

 Eran trece los hombres, trece valientes curtidos en el peligro y avezados a las luchas del mar. Con ellos iba una mujer, la del patrón.
Los trece hombres de la costa tenían el sello característico de la raza vasca: cabeza ancha, perfil aguileño, la pupila muerta por la constante contemplación de la mar, la gran devoradora de hombres.
El Cantábrico los conocía; ellos conocían las olas y el viento.
La trainera, larga, estrecha, pintada de negro, se llamaba Arantza, que en vascuence significa espina. Tenía un palo corto, plantado junto a la proa, con una vela pequeña...
La tarde era de otoño; el viento, flojo; las olas, redondas, mansas, tranquilas. La vela apenas se hinchaba por la brisa, y la trainera se deslizaba suavemente, dejando una estela de plata en el mar verdoso.
Habían salido de Motrico y marchaban a la pesca con las redes preparadas, a reunirse con otras lanchas para el día de Santa Catalina. En aquel momento pasaban por delante de Deva.
El cielo estaba lleno de nubes algodonosas y plomizas. Por entre sus jirones, trozos de un azul pálido. El sol salía en rayos brillantes por la abertura de una nube, cuya boca enrojecida se reflejaba temblando sobre el mar.
Los trece hombres, serios e impasibles, hablaban poco; la mujer, vieja, hacía media con gruesas agujas y un ovillo de lana azul. El patrón, grave y triste, con la boina calada hasta los ojos, la mano derecha en el remo que hacía de timón, miraba impasible al mar. Un perro de aguas, sucio, sentado en un banco de popa, junto al patrón, miraba también al mar, tan indiferente como los hombres.
El sol iba poniéndose... Arriba, rojos de llama, rojos cobrizos, colores cenicientos, nubes de plomo, enormes ballenas; abajo, la piel verde del mar, con tonos rojizos, escarlata y morados. De cuando en cuando el estremecimiento rítmico de las olas...
La trainera se encontraba frente a Iciar. El viento era de tierra, lleno de olores de monte; la costa se dibujaba con todos sus riscos y sus peñas.
De repente, en la agonía de la tarde, sonaron las horas en el reloj de la iglesia de Iciar, y luego las campanadas del ángelus se extendieron por el mar como voces lentas, majestuosas y sublimes.
El patrón se quitó la boina y los demás hicieron lo mismo. La mujer abandonó su trabajo, y todos rezaron, graves, sombríos, mirando al mar tranquilo y de redondas olas.
Cuando empezó a hacerse de noche el viento sopló ya con fuerza, la vela se redondeó con las ráfagas de aire, y la trainera se hundió en la sombra, dejando una estela de plata sobre la negruzca superficie del agua...
Eran trece los hombres, trece valientes, curtidos en el peligro y avezados a las luchas del mar.
                                                                                                           Pío Baroja



3-LA DESCRITIO PUELLAE
( tópico de la belleza renacentista)

Soneto XXIII de Garcilaso  (1501-1536)

  En tanto que de rosa y azucena
se muestra la color en vuestro gesto,
y que vuestro mirar ardiente, honesto,
enciende al corazón y lo refrena;

  y en tanto que el cabello, que en la vena     
del oro se escogió, con vuelo presto,
por el hermoso cuello blanco, enhiesto,
el viento mueve, esparce y desordena:

  coged de vuestra alegre primavera
el dulce fruto, antes que el tiempo airado      

cubra de nieve la hermosa cumbre;

  marchitará la rosa el viento helado.
Todo lo mudará la edad ligera
por no hacer mudanza en su costumbre.

 

Nacimiento de Venus. Boticcelli
 
         Luis de Góngora S. XVII  (1561-1627

  Mientras por competir con tu cabello,
  oro bruñido al sol relumbra en vano;
  mientras con menosprecio en medio el llano
  mira tu blanca frente el lilio bello;

                                                    mientras a cada labio, por cogello.              
                                                    siguen más ojos que al clavel temprano;
                                                    y mientras triunfa con desdén lozano
                                                    del luciente cristal tu gentil cuello:

                                                    goza cuello, cabello, labio y frente,
                                                    antes que lo que fue en tu edad dorada               
                                                    oro, lilio, clavel, cristal luciente,

                                                    no sólo en plata o vïola troncada
                                                    se vuelva, mas tú y ello juntamente
                                                   en tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada.


4-LA PICARESCA: PINTURA Y LITERATURA



   

Fragmento del tratado II del Lazarillo de Tormes


A cabo de tres semanas que estuve con él vine a tanta flaqueza, que no me podía tener en las piernas de pura hambre. Vime claramente ir a la sepultura, si Dios y mi saber no me remediaran. Para usar de mis mañas no tenía aparejo, por no tener en qué dalle salto. Y, aunque algo hubiera, no podía cegalle, como hacía al que Dios perdone (si de aquella calabazada feneció), que todavía, aunque astuto, con faltalle aquel preciado sentido, no me sentía; mas estotro, ninguno hay que tan aguda vista tuviese como él tenía.

¡Ay, mi dolor pordiosero
tu voz y tu figura
me tienen robado el sueño!

Quiero cantar mi nana
al niño pobre y hambriento
que busca entre basuras
migajas de pan reseco.
Cantar quiero y canto
con los pulmones abiertos
para que entre despacio
aire puro y bien fresco.
Cantar quiero y canto
con las fuerzas que hoy puedo
a vosotros que tenéis
el corazón casi yerto.

¡Ay, mi dolor pordiosero!

Duérmete, mi triste niño,
con luz de tibios luceros
que los oídos del rico
están llenos de cemento.
Mientras tú padeces hambre
y tu destino es incierto
ellos tienen cada día
sus bolsillos más repletos.
¡Y dicen que hay equidad
y un buen dios justiciero!
pues que se deje de alturas
y baje a ras de suelo
y consuele para siempre
a mi niño pordiosero.

Quiero cantar muy fuerte
con las olas y los vientos
con las nubes pasajeras
con las flores de los huertos
con los jazmines nevados
con los rayos y los truenos
con las violetas del monte
a mi niño pordiosero,
aquel que tiene vacío
su corazón y su cuerpo.
Su corazón de amor
y su cuerpo de pan tierno.

¡Ay, mi dolor pordiosero
tu voz y tu figura
me tienen robado del sueño!

Miguel Correas 1947


Fuensanta de Julio Romero de Torres

5-JULIO ROMERO DE TORRES-EL CANTAR DE LOS CANTARES Y MIGUEL HERNÁNDEZ


«Nigra sum sed formosa...»
(Cantar de los Cantares)

EL TÓPICO DE LA AMADA MORENA

En la belleza femenina, la mujer morena, ha sido fuente de inspiración en diversos expresiones artísticas.

Los antecedentes de la mujer de piel oscura los encontramos en la literatura hebraica:

-El Cantar de los Cantares, cantos de amor del rey Salomón y Sulamita, que evidencian la belleza de una mujer de piel oscura, ella se proclama hermosa y justifica el oscurecimiento de su piel, a causa del sol: "Nigra sum, sed formosa"

"Tengo la tez morena, pero hermosa, muchachas de Jerusalén,
como las tiendas de cadar, los pabellones de Salomón
no se fijen en mi tez oscura,
es que el sol me ha bronceado"

En la mística cristiana encontramos el tema en el Cántico Espritual de San Juan de la Cruz:

 "No quieras despreciarme,
si color moreno en mí hallaste"

Julio Romero de Torres (9 de noviembre de 1874 - 10 de mayo de 1930) fue un pintor español. Nació y murió en Córdoba, donde pasó gran parte de su vida.Fue un maestro en el retrato de la belleza típicamente mediterránea de las mujeres andaluzas. Dice la copla: "Julio Romero de Torres, pintó a la mujer morena, con sus ojos de misterio, y el alma llena de pena"


Tras siglos  de una poesía dominada por el tópico de la descriptio puellae renacentista: una mujer de tez pálida y cabellos rubios ,  el poeta Miguel Hernández introducirá el retrato  de una mujer morena , inspirado, sin duda, en su amada Josefina Manresa.


Ser onda, oficio, niña, es de tu pelo,
nacida ya para el marero oficio;             
ser graciosa y morena tu ejercicio

y tu virtud más ejemplar ser cielo.
            
¡Niña!, cuando tu pelo va de vuelo,
dando del viento claro un negro indicio,               

enmienda de marfil y de artificio
ser de tu capilar borrasca anhelo.
            
No tienes más quehacer que ser hermosa,
ni tengo más festejo que mirarte,             
alrededor girando de tu esfera.

Satélite de ti, no hago otra cosa,
si no es una labor de recordarte.             
-¡Date presa de amor, mi carcelera!


6-PAISAJE : PROYECCIÓN DE UNA EMOCIÓN

G. A. BÉCQUER Y PAUL DOHERTY


Paul Dougherty (1877-1947)


 RIMA LII
Olas gigantes que os rompéis bramando
en las playas desiertas y remotas,
envuelto entre la sábana de espumas,
¡llevadme con vosotras!
Ráfagas de huracán que arrebatáis
del alto bosque las marchitas hojas,
arrastrado en el ciego torbellino,
¡llevadme con vosotras!
Nubes de tempestad que rompe el rayo
y en fuego ornáis las desprendidas orlas,
arrebatado entre la niebla oscura,
¡llevadme con vosotras!
Llevadme por piedad a donde el vértigo
con la razón me arranque la memoria.
¡Por piedad! ¡Tengo miedo de quedarme
con mi dolor a solas!
7-LA ROSA BLANCA. ALBERTO MORAGO Y JOSÉ MARTÍ

El poema de José Martí y el cuadro del pintor contemporáneo Alberto Morago se centran en la simbología de la rosa blanca, símbolo de paz , armonia. El blanco es el color de la luz.
La rosa blanca tiene como significado la amistad sincera y sin condiciones.

Alberto Morago (1957- )








Cultivo una rosa blanca
En julio como en enero
Para el amigo sincero
Que me da su mano franca
Y para el cruel que me arranca
El corazón con que vivo
Cardo ni ortiga cultivo
cultivo una rosa blanca


José Martí









8-LOCUS AMOENUS:

de GARCILASO A MONET

LOCUS AMOENUS (Lugar agradable):
Carácter mítico del paisaje ideal, descrito bucólicamente a través de sus diversos componentes (prado, arroyo, árbol...) y relacionado con el estado de ánimo y los sentimientos del poeta.
Amapolas en Argenteuil. Claude Monet


Fragmento de la Égloga III de Garcilaso que describe el Locus Amoenus:

 "Corrientes aguas, puras, cristalinas,
árboles que os estáis mirando en ellas,           
verde prado, de fresca sombra lleno,
aves que aquí sembráis vuestras querellas,
hiedra que por los árboles caminas,
torciendo el paso por su verde seno. "