Yaacov Hecht, pedagogo disléxico; preconiza la educación a medida
Victor-M Amela, Ima
Sanchís, Lluís Amiguet
"Cada niño es un genio en algo si le ayudamos a
serlo"
03/02/2014 - 00:00
Foto: Ana Jiménez
LLUÍS AMIGUET
Del codazo a la red
Hay otros asesores de gobiernos a los que
les cuesta escribir, pero ninguno lo confiesa con la desarmante sinceridad de
Yaacov Hecht. Y, sin embargo, ha sido uno de los entrevistados más brillantes
de La Contra junto con sir Ken Robinson y Howard Gardner. Tres pioneros en educar
inteligencias múltiples para la sociedad del conocimiento en red. Los tres han
superado la vieja pirámide educativa de células huecas que transmiten
conocimiento de arriba abajo sin generarlo dándose codazos por ascender. Han demostrado que cada niño es único
y educarlo es ayudarlo a descubrirse y realizarse para integrarse en una
sociedad de iguales que ya no necesita mediocres obedientes.
De dónde es usted?
De Israel, de Hadera...
Pues mire, no sé deletrearlo.
¿No sabe deletrearlo y es profesor?
Hablo y escribo mal. Y peor aún en inglés.
Tranquilo, aquí pocos lo hablan.
Soy el que peor habla inglés de los asesores del Gobierno. Y de los peores en
todo Israel.
Es el primer asesor de gobiernos que me confiesa que
habla y escribe mal.
Pues no se fije en lo que hago mal y trate
de aprender conmigo de lo que hago bien.
Aquí no asesoría usted a nadie, porque preocupan los
malos resultados PISA.
Mi país, Israel, también los saca mediocres en ese test y ojalá los sacara
todavía peores.¡...!
Porque es un test uniformizador que fomenta una escuela que educa para el
pasado.
Pues mide competencias en matemáticas o lectura. ¿Ya
no servirán en el futuro?
La obsesión PISA lleva a los países a imponer un pensamiento único que educa a
los niños para conformarse con ser parte mediocre de las masas sin empleo. Por
eso, yo me alegro de que fracasemos en esos tests.
La escuela piramidal jerarquizada educaba para una sociedad de obreros y
soldados obedientes con unas competencias básicas uniformes. El problema es que
esa sociedad ya no existe y la nueva necesita otra escuela.
Un día vino a verme al colegio una madre desesperada por las notas de su hijo.
Suspendía en todo. Le prometí que hablaría con él.
¿Cuál era el problema?
Me hablaba de asignaturas, pero yo insistí en que me dijera qué le gustaba en
la vida.
Está claro que estudiar no era.
Cada niño es un genio en algo si le ayudamos
a serlo. Pero si formamos masas de mediocres, todos fracasamos. Yo fracasé, porque
la escuela se centraba en lo que yo era malo para convertirme en otro mediocre
y no en lo que yo era bueno para mejorarlo.
¿Qué le gustaba, al chico?
El windsurf.
Pues no sé si surfear da para vivir.
Le dije que hiciera windsurf muchos más días. Él respondió que surfearía sólo
los días con buen viento y los demás vendría al cole.
Le pregunté qué debía aprender para ser windsurfista y razonó bien: geografía,
cartografía, matemáticas para calcular vientos y velocidades, e inglés, la
lengua surfera.
Un programa educativo completo.
Y Gal Fridman estudió y surfeó hasta ganar el primer -y único- oro olímpico de
la historia de Israel. Como Sarit Hadad, a la que convencimos de que se
dedicara más a cantar, y hoy es una de nuestras mejores voces.
Israel tiene una economía de la innovación donde cada uno coopera en red con
sus habilidades, porque la pirámide empresarial de células huecas, donde el
conocimiento fluye a través de ellas de arriba abajo mientras ellas compiten
por ascender sin aportar valor a la empresa, ya no genera riqueza.
La escuela democrática educaría a palestinos e israelíes para cooperar sin
conflicto.
¿Qué le piden hoy en una empresa puntera? Ni notas ni títulos: quieren que les
diga qué sabe hacer y cómo lo ha aprendido; en qué es usted genial y qué hace
mejor que nadie.
Porque revela si será usted capaz de seguir
aprendiendo por su cuenta para estar siempre en vanguardia. Las empresas ya no
son pirámides sino redes de células con conocimiento propio, que no compiten,
sino que se comunican, cooperan y crean en línea.
Pero PISA nos educa para el pasado de la escuela piramidal y no para el futuro
de la innovación en red. No prepara para el autoempleo sino para el paro. Hoy cada niño tiene que llegar a desarrollar su
talento único que le integrará en la red del conocimiento.
Corea y Finlandia sacan buenos resultados
PISA y son economías florecientes.
Estuve en Corea asesorando al Gobierno sobre el suicidio escolar, su problema
nacional. En Finlandia ya no educan
masas. Lo que buscan es precisamente diversidad: originalidad en cada alumno, formar ciudadanos únicos como fineses
y como personas.
Educarse no es sentarse desde los 4 a los 25 años ante un profesor que te
suelta el rollo.
Esa educación conduce al paro; en cambio, la del talento forma para el
autoempleo y la innovación y para colaborar así en red con otros ciudadanos
singulares.
¿Quiere usted ser un periodista más o ser único?
Encuentre la cualidad que le hace diferente y cultívela. No compita con todos
los periodistas en los mismos campos, porque es el camino a la medianía. Nuestra escuela democrática forma PERSONAS.
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