domingo, 30 de noviembre de 2014

Entrevista a Brian Sokol, fotoperiodista que expone actualmente su obra : "THE MOST IMPORTANT THING"

Varias clases de 5ème y 3ème vamos a ir estos días a ver la exposición de Brian Sokol y a realizar un taller de reflexión sobre su obra. Os dejo el texto de la entrevista que se ha publicado hoy en La Contra de La Vanguardia:
Brian Sokol, escritor y fotoperiodista especializado en crisis humanitarias
"Desconocemos la maldad y la grandeza de nuestro corazón"
29/11/2014 - 00:00

Foto: Llibert Teixidó
Tengo 38 años. De Misuri, vivo en Katmandú, pero apenas paro.Me gradué en Washington en Comunicación Medioambiental.Los líderes del mundo no cubren las necesidades de las personas a las que representan. Hijo de judíos, mi espiritualidad está en las montañas
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Altura de miras
Nunca le han gustado las ciudades y su idiosincrasia. Ha buscado la belleza y el sentido en las montañas y se aventuró a estudiar en Nepal, luego la vida derivó y se convirtió en un fotoperiodista que trabaja con oenegés para documentar los problemas sociales del mundo. Cuando le pregunto qué es lo mejor que le ha pasado no duda: "Subir a los 17 años a un lago alpino. Fue un punto de inflexión, pasé de tener la sensación de que estamos aquí para pasar el rato a entender que merecía la pena". Exhibe su trabajo en CaixaForum, 24 testimonios, de los 50 millones de personas que han tenido que abandonar sus casas y vivir en campos de refugiados sine die.

¿Qué le duele?
Como fotoperiodista tiendo a ver los lugares más castigados del planeta, donde la corrupción de las élites políticas les lleva a abandonar al pueblo que les ha apoyado, y eso me parece totalmente inhumano.

Quizá la traición sea algo muy humano.
He vivido dos años en Sudán del Sur, donde millones de personas han muerto para poder alcanzar la libertad del país más joven del mundo; pero cuando el ejército asumió el poder, aprovechó todas las ocasiones para hacerse rico y abandonó a la población.

¿Cuál es su reflexión?
La traición la vemos en todos los países del mundo, ninguno se libra de la corrupción, pero en algunos es más salvaje. Sólo es una cuestión de escala.

Triste aprendizaje.
Somos capaces de cometer las atrocidades más increíbles y capaces de perdonar. La amplitud de nuestras acciones es mucho mayor de lo que habría imaginado antes de adentrarme en estos proyectos de crisis humanitaria. No quiero ni saber de lo que yo sería capaz en un momento dado. No conocemos nuestra maldad ni la grandeza de nuestro corazón.

Sus fotos sobre la miseria humana se admiran entre copas de champán.
El año pasado vivía en Nueva York. Vivir el contraste entre las colas de hambrientos de los campos de refugiados y las colas en un restaurante de moda de sushi en Nueva York era muy desconcertante.

Estamos llenos de contradicciones.
Cuando trabajaba exclusivamente para publicaciones periodísticas, mis fotografías sobre las violaciones de derechos humanos se publicaban junto a los anuncios de Rolex.

Ellos le pagaban el sueldo.
Hoy los presupuestos de la prensa son mi- núsculos y no lo invierten en contar de primera mano lo que ocurre en el mundo. La capacidad de llegar a lugares como los que yo he viajado corre a cargo de las oenegés.

Quizá tenga más sentido que el dinero para denunciar el hambre no salga de empresas que podrían acabar con el hambre.
Yo trabajo con Acnur y otras organizaciones humanitarias, y me gustaría pensar que compartir historias de personas genera un cierto grado de empatía, no entre ricos y pobres, sino de persona a persona.

¿Qué hace viviendo en Nepal?
Como fotoperiodista no tiene ningún sentido logístico. Pero tras vivir todas esas experiencias que cuestan tanto comprender, cuando vuelvo a Nepal tengo la sensación de seguridad, de pasear entre amigos. Y paso mucho tiempo en la montaña.

¿Se sube al Everest?
Sí. Yo era guarda forestal, guía de montaña, y llegué a la fotografía por casualidad.

Cuénteme su historia.
No era feliz en la llanura del medio oeste americano, así que decidí ir a por las montañas, que siempre me han salvado. Y como el francés era el único idioma que había estudiado, decidí irme a los Alpes, a la Universidad de Grenoble, pero el tutor se olvidó de enviar mi solicitud.

Y quedaban plazas para Nepal...
Sí, en un programa de intercambio. Llegué en 1997, al principio de la insurgencia. Viajé a pie por todo el país siguiendo las huellas de un zoólogo que 25 años atrás había estado buscando el leopardo de las nieves y que escribió un libro de su viaje. Yo seguí sus pasos con libro incluido. Era la idea de un chaval de 21 años sobre un libro.

¿Se publicó?
En la editorial de la Universidad de Wisconsin. Pero, después de aquel año, no volví a aclimatarme a la cultura americana. Después de licenciarme me convertí en guarda forestal, siempre al margen de la sociedad.

¿Y cómo se convirtió en fotógrafo?
Haciendo de guarda forestal me destrocé la espalda y me echaron. Pasé meses viviendo en el sofá de un amigo, hasta que otro amigo me propuso sustituir a un fotógrafo de un pequeño periódico de Nevada en el que él trabajaba, y allí me instalé.

¿Se quedó en Nevada?
Poco. Volví a Nepal y cubrí el alzamiento popular que acabó con la monarquía y llevó al poder a los maoístas.
Trabajé para France PresseThe Washington PostThe New York Times... Mi gran logro era hablar nepalí.

Es usted sincero.
Una semana antes de su independencia me fui a Sudán del Sur, cuando todos los corresponsales que llevaban años allí se fueron. Fui por amor, tras una chica que trabajaba en una misión de la ONU.

La suya es una historia curiosa.
Yo quería ser un fotógrafo tipo National Geographic, quería un poco de belleza para compensar el sufrimiento. Pero al final entendí que la belleza está en todas partes.

¿Incluidos los campos de refugiados?
Nunca he visto miradas tan sonrientes en Nueva York o en Barcelona como las que he visto en los campos de refugiados. Es una gran ironía: encontrar tanta felicidad y tanta belleza en lugares de penurias y sufrimiento, donde se ven las consecuencias de lo peor de la naturaleza humana.

domingo, 12 de octubre de 2014

Malala y Satyarthi, premio Nobel de la Paz 2014
El Nobel encumbra la escolarización como motor del desarrollo pacífico


El galardón reconoce su lucha a favor de la educación infantil




-El País 10 0ctubre 2014


La activista paquistaní Malala Yousafzai y el indio Kailash Satyarthi / Foto: AFP | Vídeo: Reuters
La paquistaní Malala Yousafzai , la joven a la que los talibanes dispararon a la cabeza en 2012 por defender la escolarización de las mujeres, y el activista indio Kailash Satyarthi han sido galardonados este viernes con el Nobel de la Paz 2014 "por su lucha contra la opresión de los niños y los jóvenes y por el derecho de todos los niños a la educación", según ha anunciado el Comité Nobel Noruego.
"Los niños deben ir a la escuela y no ser explotados financieramente", ha defendido el Comité Nobel, subrayando que "en los países pobres, el 60% de la población actual tiene menos de 25 años". Según ha explicado al realizar el anuncio el presidente del Comité Nobel Noruego, Thorbjon Jagland, se ha considerado "un punto importante que un hindú y una musulmana, un indio y una paquistaní, se unan en la lucha común por la educación y contra el extremismo". Tras resaltar que gracias a la lucha también de otras personas e instituciones - hay 78 millones menos de niños que trabajan en el mundo que en el año 2000, aunque todavía hay 168 millones - el Comité Nobel Noruego ha incidido en que "la lucha contra la opresión y por los derechos de los niños y adolescentes contribuye a la realización de la 'fraternidad entre naciones' que Alfred Nobel menciona en su testamento como uno de los criterios para el Nobel de la Paz".
En el caso de Satyarthi, ha resaltado que "mostrando gran valor personal" y siguiendo la tradición de Gandhi, "ha liderado varias formas de protesta y manifestación, todas pacíficas, centrándose en la grave explotación de los niños para obtener beneficios financieros". Asimismo, "ha contribuido al desarrollo de importantes convenciones internacionales sobre los derechos de los niños". Kailash Satyarthi, ingeniero informático indio que hace 28 años abandonó el ordenador para denunciar a las multinacionales que en su país explotan a niños de entre 5 y 12 años de edad, encabeza la organización Global March, que ha liberado de la esclavitud empresarial a unos 80.000 niños en más de 160 países.
En cuanto a Malala, "pese a su juventud", lleva años luchando "por el derecho de las niñas a la educación y ha mostrado con su ejemplo que los niños y los jóvenes también pueden contribuir a mejorar sus propias situaciones". Además, ha resaltado el Comité Nobel, "lo ha hecho bajo las más peligrosas circunstancias". "Mediante su lucha heroica se ha convertido en una destacada portavoz de los derechos de las niñas a la educación", ha añadido.
Malala, que acaba de cumplir 17 años, alcanzó notoriedad cuando el Ejército paquistaní echó a los talibanes del valle del Swat en 2009. Se supo entonces que ella era la autora de un diario en el que contaba cómo era la vida bajo el control de los extremistas y que se difundía en la web de la BBC en urdu. Bajo el seudónimo de Gul Makai y desde los 11 años, Malala había relatado con gran candor cómo iban aumentando las restricciones hasta que finalmente cerraron todas las escuelas de niñas.
“Los talibanes han emitido una fetua que prohíbe ir a la escuela a todas las niñas”, escribió en una de las entradas. “[Hoy] sólo asistieron a clase 11 de las 27 alumnas. (…) Mis tres amigas se han ido a Peshawar, Lahore y Rawalpindi con sus familias después del edicto”. La angustia que viven las pequeñas se cuela cuando relata que una compañera le ha preguntado: “Por el amor de Dios, dime la verdad, ¿van a atacar nuestra escuela los talibanes?”.
No era un miedo irracional. Un informe publicado por el Ejército en aquellas fechas aseguraba que los talibanes habían decapitado a 13 niñas, destruido 170 escuelas y colocado bombas en otras cinco. Cuando los militares pusieron fin a la tiranía de los talibanes en Swat, Malala utilizó su repentina fama para promover el derecho a la educación, con especial énfasis en las chicas. Su activismo, dando conferencias en escuelas de todo el país, fue reconocido por el Gobierno, pero no cayó bien entre los extremistas que, tras haberla amenazado en varias ocasiones,el 9 de octubre de 2012 intentaron asesinarla.
Ni siquiera esa experiencia traumática ha apartado a Malala de su objetivo. Una vez recuperada en el Reino Unido, donde fue acogida con su familia, ha seguido promoviendo el derecho a la educación de las niñas. Justo ahora acaba de sacar una versión infantil de su libroYo soy Malala (Alianza Editorial, 2013). Su actitud le ha granjeado el aplauso internacional. El año pasado recibió el premio Sajarov de la Unión Europea y ya estuvo nominada para el Nobel de la Paz; también fue invitada a hablar ante la Asamblea General de la ONU, que declaró el día de su cumpleaños, el 12 de junio, Día de Malala.
Sin embargo, no son sólo los talibanes, con su estrechez de miras y su temor a que la educación aleje a la gente de sus postulados, a quienes molesta Malala. Las escuelas privadas de Pakistán prohibieron su libro. Los responsables arguyeron que no es bastante respetuosa con el islam porque cuando menciona el nombre del profeta Mahoma no añade de seguido la expresión “que la paz sea con él”, como es habitual entre los musulmanes piadosos. Un mero pretexto que esconde desde el temor a represalias de los extremistas hasta meros celos, pasando por la ausencia de verdadera voluntad política para cambiar un país atenazado por la pobreza y la degeneración social.


viernes, 14 de febrero de 2014

MERECE LA PENA LUCHAR CON ALGUIEN POR ALGO

Ángel Gabilondo, metafísico y escritor
Victor-M Amela, Ima Sanchís, Lluís Amiguet
"Merece la pena luchar con alguien por algo. Es mejor perder con otros que ganar solo. "
Tengo 64 años. De San Sebastián, vivo en Madrid. Soy catedrático de Metafísica de la Universidad Autónoma de Madrid. En pareja. Tengo dos hijos. Los tiempos difíciles hay que abordarlos y aceptar el desafío. En la economía debe haber cultura y corazón. Creo que hay algo más que lo visible

12/02/2014 – LA CONTRA-LA VANGUARDIA






Foto: Kim Manresa
IMA SANCHÍS
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Comida para el alma
Su paso por la política (fue ministro de Educación del 2009 al 2011) no le ha cambiado, sigue siendo un ciudadano comprometido e ilusionado y un profesor vocacional que aspira a acompañar a sus alumnos en la búsqueda de sabiduría, palabra difícil sin la ayuda de maestros como André Comte-Sponville, que la definió como el máximo de felicidad con el máximo de lucidez; pero probablemente Gabilondo me diría que felicidad es una palabra demasiado ambiciosa y que sus fecundas reflexiones sobre el vivir no son en él hechos consumados, sino aspiraciones. Acaba de publicar un libro de máximas y mínimas, Por si acaso(Espasa): buen material para el alma.


Qué ha aprendido de la vida?
Solemos esperar que sucedan cosas que no acaban de llegar.
La única manera es hacer fecundo cada momento y vivirlo intensamente.

Pero eso es muy difícil...
Nos refugiamos en los tópicos, en la tranquilidad, y ahí hacemos una casita.

Pocas veces somos arriesgados.
Kant decía que el pensamiento es un atrevimiento.

Pero se ha de convertir en acción.
La palabra dice y hace lo que dice, pero hablamos mucho y decimos poco. Decir es una forma de vivir.
La verdadera belleza es ser bello por la forma de vivir, y la mentira es vivir lo contrario de lo que uno dice.

Vivimos rodeados de palabrería.
Me pregunto si alguno de nuestros males de hoy no tienen que ver con la pérdida de la palabra, con que ya no hay seres de palabra.

...
Y creo que hay cosas que sólo se tienen si se dan: por ejemplo, las gracias, el amor, el conocimiento o la palabra. Cuando das la palabra te conviertes en un ser de palabra. El agradecido es el agraciado. No querer poseer, conquistar, dominar, asegurar; frente a eso la idea de abrirse al otro, darse.

¿Feliz?
Esa es una palabra demasiado grande, pero sí dichoso y gozoso de vivir.

¿Todo el rato?
Todo el rato no tengo nada.

Cuantos más años cumplimos ¿más nos parecemos al niño que éramos?
La infancia sólo se tiene de mayor, de niño se vive.

¿Un niño triste es un adulto triste?
La tristeza forma parte de uno. Nietzsche decía que el fastidio es un estado de ánimo que obedece a unas causas, eliminadas las cuales no se elimina el fastidio. Uno tiene que aprender a vivir un poco fastidiado sin echar la culpa a los demás.

¿Por qué es tan difícil entenderse con uno mismo?
Nos falta sencillez, somos retorcidos y tenemos muy poca tendencia a aceptar con humildad que esto es lo que hay y vivirlo con frescura.
Tengo la sospecha de que estamos un poco confundidos, viviendo por aquello que no merece la pena y descuidando aquello que verdaderamente es interesante.

¿Qué merece para usted la pena?
Luchar con alguien por algo. Es mejor perder con otros que ganar solo. El verdadero amor es ir con alguien tras algo.

La soledad nos persigue.
No se quita: es la relación con uno mismo, pero con otros es más llevadera. Saber vivir con ella te facilita la relación con los otros. Yo ahora ando más obsesionado con si soy capaz de querer y de dejarme querer.

¿Qué ha aprendido de la convivencia?
Quienes no se soportan a sí mismos son insoportables.

En este mundo injusto vivimos unos a costa de los otros...
Lo sensato es vivir con una cierta percepción de que somos muy vulnerables, influenciables, débiles.
Hay que asumir la propia fragilidad, y para eso hay que ser fuerte.

De acuerdo.
A mí la arrogancia me molesta. Pero, como dice Eduardo Galeano, guardemos el pesimismo para tiempos mejores.
Creer en los demás y luchar con ellos es una decisión.

¿Qué ha aprendido en la política?
Que hay una dimensión social, política y pública en todos nosotros que a veces no cultivamos y queremos que otros nos lo resuelvan, y así creamos un gran ejército de culpables. Todos debemos participar en nuestros entornos y comprometernos en la gestión de nuestros asuntos.

Le cuesta quejarse.
Creo que hay que ser crítico, disentir e incluso impugnar, pero no llenarlo todo de quejas paralizadoras infecundas.

Parece que en lo esencial la especie humana no ha evolucionado mucho.
Somos un poco patéticos, pero esa convicción de ser el ombligo del universo a mí me inspira ternura. Quizá, en definitiva, hacia mí mismo. Me doy un poco de risa.

Eso nos salva.
El sentido del humor es la distancia de uno respecto de sí mismo. Sin sentido del humor los otros sentidos son vulgares.

¿Se plantea el después de la muerte?
No, pero sí me planteo sobrevivirme cada día,
que al acabar el día pueda decir como Séneca: "¡Qué alegría, hoy he vivido!".

Hacer de lo cotidiano algo sublime es casi una utopía.

Reducir la vida a los momentos memorables o a la consecución de tus grandes objetivos es no vivirla. No es lo mismo la medianía que la mediocridad.

¿Dónde pone usted la pasión?
En casi todo. Es más la insistencia, la persistencia y la resistencia que la exaltación. A mí me gustaría ser insistente en las convicciones.
Cada día creo en menos cosas pero creo más en ellas.

Es usted un raro. ¿Le gustan los raros?
"Desarrollad vuestra legítima rareza", decía René Char. Sí, a mí me gusta la gente rara, la diversidad y la diferencia.


lunes, 3 de febrero de 2014

EDUCACIÓN A MEDIDA


Yaacov Hecht, pedagogo disléxico; preconiza la educación a medida
Victor-M Amela, Ima Sanchís, Lluís Amiguet
"Cada niño es un genio en algo si le ayudamos a serlo"
03/02/2014 - 00:00





Foto: Ana Jiménez
LLUÍS AMIGUET
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Del codazo a la red
Hay otros asesores de gobiernos a los que les cuesta escribir, pero ninguno lo confiesa con la desarmante sinceridad de Yaacov Hecht. Y, sin embargo, ha sido uno de los entrevistados más brillantes de La Contra junto con sir Ken Robinson y Howard Gardner. Tres pioneros en educar inteligencias múltiples para la sociedad del conocimiento en red. Los tres han superado la vieja pirámide educativa de células huecas que transmiten conocimiento de arriba abajo sin generarlo dándose codazos por ascender. Han demostrado que cada niño es único y educarlo es ayudarlo a descubrirse y realizarse para integrarse en una sociedad de iguales que ya no necesita mediocres obedientes.
De dónde es usted?
De Israel, de Hadera...

¿Me lo deletrea para evitar errores al escribirlo?

Pues mire, no sé deletrearlo.
¿No sabe deletrearlo y es profesor?


Hablo y escribo mal. Y peor aún en inglés.
Tranquilo, aquí pocos lo hablan.


Soy el que peor habla inglés de los asesores del Gobierno. Y de los peores en todo Israel.
Es el primer asesor de gobiernos que me confiesa que habla y escribe mal.


Pues no se fije en lo que hago mal y trate de aprender conmigo de lo que hago bien.
Aquí no asesoría usted a nadie, porque preocupan los malos resultados PISA.


Mi país, Israel, también los saca mediocres en ese test y ojalá los sacara todavía peores.¡...!


Porque es un test uniformizador que fomenta una escuela que educa para el pasado.
Pues mide competencias en matemáticas o lectura. ¿Ya no servirán en el futuro?


La obsesión PISA lleva a los países a imponer un pensamiento único que educa a los niños para conformarse con ser parte mediocre de las masas sin empleo. Por eso, yo me alegro de que fracasemos en esos tests.

No sé si le sigo.

La escuela piramidal jerarquizada educaba para una sociedad de obreros y soldados obedientes con unas competencias básicas uniformes. El problema es que esa sociedad ya no existe y la nueva necesita otra escuela.

¿Qué propone?

Un día vino a verme al colegio una madre desesperada por las notas de su hijo. Suspendía en todo. Le prometí que hablaría con él.
¿Cuál era el problema?


Me hablaba de asignaturas, pero yo insistí en que me dijera qué le gustaba en la vida.
Está claro que estudiar no era.


Cada niño es un genio en algo si le ayudamos a serlo. Pero si formamos masas de mediocres, todos fracasamos. Yo fracasé, porque la escuela se centraba en lo que yo era malo para convertirme en otro mediocre y no en lo que yo era bueno para mejorarlo.

¿Qué le gustaba, al chico?


El windsurf.

Pues no sé si surfear da para vivir.


Le dije que hiciera windsurf muchos más días. Él respondió que surfearía sólo los días con buen viento y los demás vendría al cole.

Es más razonable.

Le pregunté qué debía aprender para ser windsurfista y razonó bien: geografía, cartografía, matemáticas para calcular vientos y velocidades, e inglés, la lengua surfera.


Un programa educativo completo.

Y Gal Fridman estudió y surfeó hasta ganar el primer -y único- oro olímpico de la historia de Israel. Como Sarit Hadad, a la que convencimos de que se dedicara más a cantar, y hoy es una de nuestras mejores voces.

La economía no funciona con medallas.

Israel tiene una economía de la innovación donde cada uno coopera en red con sus habilidades, porque la pirámide empresarial de células huecas, donde el conocimiento fluye a través de ellas de arriba abajo mientras ellas compiten por ascender sin aportar valor a la empresa, ya no genera riqueza.

Israel también tiene otros problemas.

La escuela democrática educaría a palestinos e israelíes para cooperar sin conflicto.

Necesitamos saberes básicos comunes.

¿Qué le piden hoy en una empresa puntera? Ni notas ni títulos: quieren que les diga qué sabe hacer y cómo lo ha aprendido; en qué es usted genial y qué hace mejor que nadie.

¿Por qué importa cómo he aprendido?

Porque revela si será usted capaz de seguir aprendiendo por su cuenta para estar siempre en vanguardia. Las empresas ya no son pirámides sino redes de células con conocimiento propio, que no compiten, sino que se comunican, cooperan y crean en línea.

Aquí aún nos falta para llegar a eso.

Pero PISA nos educa para el pasado de la escuela piramidal y no para el futuro de la innovación en red. No prepara para el autoempleo sino para el paro. Hoy cada niño tiene que llegar a desarrollar su talento único que le integrará en la red del conocimiento.

Corea y Finlandia sacan buenos resultados PISA y son economías florecientes.
Estuve en Corea asesorando al Gobierno sobre el suicidio escolar, su problema nacional. En Finlandia ya no educan masas. Lo que buscan es precisamente diversidad: originalidad en cada alumno, formar ciudadanos únicos como fineses y como personas.


¿Ya no necesitamos saberes comunes?

Educarse no es sentarse desde los 4 a los 25 años ante un profesor que te suelta el rollo.

Yo lo hice y he sobrevivido.

Esa educación conduce al paro; en cambio, la del talento forma para el autoempleo y la innovación y para colaborar así en red con otros ciudadanos singulares.

Aprender requiere disciplina, esfuerzo, sacrificio, paciencia, memorización...

¿Quiere usted ser un periodista más o ser único?

¿...?

Encuentre la cualidad que le hace diferente y cultívela. No compita con todos los periodistas en los mismos campos, porque es el camino a la medianía. Nuestra escuela democrática forma PERSONAS.          
o     


sábado, 18 de enero de 2014

FILOSOFÍA EN LA ESCUELA

Cuatrocientos intelectuales se movilizan en defensa de la filosofía en la escuela


Reivindican una mayor presencia de las humanidades en todas las etapas


La Vanguardia 15 de enero de 2014

 El manifiesto ‘Unas humanidades con futuro’ recomienda la lectura de autores clásicos en la ESO

Alejarse de las humanidades empobrece y aísla. 

Estas disciplinas han configurado la cultura occidental desde sus inicios, y aún así, el saber humanístico pierde terreno en la sociedad actual. De ahí que un grupo de intelectuales se haya movilizado para defender la presencia y la vigencia de las humanidades, en especial de la filosofía, en todas las etapas educativas.

El manifiesto”Unas humanidades con futuro” ha sido promovido por trece personalidades de la cultura y el pensamiento –Salvador Giner, Armand Puig, Rafael Argullol, Victòria Camps, Jordi Llovet, David Jou, Francesc Torralba...– bajo el paraguas del Institut d’Estudis Catalans y la Facultat de Teología de Catalunya. Cerca de 400 intelectuales e instituciones se han adherido ya a él y sus impulsores lo presentarán mañana a la consellera de Ensenyament, Irene Rigau, y al Secretario general de universidades, Antoni Castellà.
Los firmantes sienten una “intensa preocupación” sobre la situación de las humanidades en los planes de estudios, situación que se “agravará” con la puesta en marcha de la Lomce, la ley educativa aprobada por el PP, alertaron ayer durante la presentación del manifiesto. Las disciplinas humanísticas más perjudicadas de la ley Wert son la filosofía y la ética, que sólo serán asignaturas obligatorias en un único curso, 1º de bachillerato. En los demás niveles pasarán a ser materias optativas. La degradación de la filosofía se agrava con el currículo que ha elaborado el Ministerio de Educación, según denuncian los profesores. Tanto en la optativa de ética de 4º de ESO como en filosofía de 1º de bachillerato han introducido contenidos de emprendeduría, y los alumnos deberán aprender a crear empresas –ver La Vanguardia del 14 de enero–. Precisamente, una de las causas del retroceso de las humanidades es la visión “excesivamente economicista y utilitarista” que impera hoy en día, lo que lleva a considerar estas disciplinas como inútiles, apuntó Camps. ¿Lo son? Los propulsores del manifiesto responden con un no rotundo. “La cultura humanística es una inversión necesaria”, afirman. Con ella se combate el empobrecimiento del pensamiento, las sumisiones y manipulaciones, a la vez que se promueve la autonomía intelectual y la dignidad de la persona.
La declaración incluye una serie de propuestas concretas que mejorarían la formación de los alumnos. “Las lenguas y la literatura, la filosofía, la historia y las artes son los pilares fundamentales de la civilización y la cultura. Por eso es imprescindible garantizar que todo el mundo sepa hablar, leer y escribir de forma correcta”, señalan en primer lugar los firmantes. En este sentido, recomiendan la lectura de escritores clásicos en la ESO, así como los grandes relatos de la Biblia –antigua historia sagrada–. No tiene sentido, señalan, dividir a los alumnos entre Religión y Ética, como hace la Lomce. También piden que se dé más valor al estudio del griego y el latín y que se establezca un canon abierto de autores y obras que resuman “los frutos del conocimiento humanístico que todo el mundo debería asimilar”.
En cuanto a la universidad, abogan por una conexión real de todos los saberes. Así, creen que los currículos de carreras técnicas podrían incluir contenidos propios de las humanidades. “No se pueden confinar las humanidades a las carreras de letras; las ciencias necesitan a las humanidades, y las humanidades no pueden desvincularse de la ciencia”, apuntan. Aprovechar mejor los nuevos soportes tecnológicos, sin olvidar los formatos de difusión tradicionales, o colaborar con los medios de comunicación son otras de las recomendaciones de estos pensadores.



miércoles, 8 de enero de 2014

NOVELA PICARESCA EN 3ÈME. CON LOS OJOS DEL PÍCARO... EN LA PIEL DEL PÍCARO...


Una de las secuencias de trabajo que nos ha ocupado el primer trimestre a los alumnos de 3ème ha sido el estudio de la novela picaresca.
Hemos intentado que la teoría literaria "cobrase vida" durante su estudio , buscando la conexión con la actualidad en una sociedad en crisis económica y, como consecuencia, de valores.
Hemos intentado también ponernos "en la piel" del pícaro, ver el mundo con sus ojos desde su perspectiva de marginación e invisibilidad:





Os dejamos el  trabajo de Xènia, alumna  de 3ème 7