sábado, 16 de febrero de 2013

DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS


Frente a tantas noticias de corrupción y falsedad ,una honesta declaración de principios que me gustó mucho cuando la leí , hace ahora aproximadamente un año. He de decir que la suscribiría en su totalidad. Aquí os la dejo

LO QUE QUIERO AHORA

Ángeles Caso . La Vanguardia – Magazine 19-01-2012


Tal vez porque, a estas alturas de mi existencia, he vivido ya las suficientes horas buenas y horas malas como para empezar a colocar las cosas en su sitio. Será, quizá, porque algún bendito ángel de la sabiduría ha pasado por aquí cerca y ha dejado llegar una bocanada de su aliento hasta mí. El caso es que tengo la sensación –al menos la sensación– de que empiezo a entender un poco de qué va esto llamado vida.
Casi nada de lo que creemos que es importante me lo parece. Ni el éxito, ni el poder, ni el dinero, más allá de lo imprescindible para vivir con dignidad. Paso de las coronas de laureles y de los halagos sucios. Igual que paso del fango de la envidia, de la maledicencia y el juicio ajeno. Aparto a los quejumbrosos y malhumorados, a los egoístas y ambiciosos que aspiran a reposar en tumbas llenas de honores y cuentas bancarias, sobre las que nadie derramará una sola lágrima en la que quepa una partícula minúscula de pena verdaderaDetesto los coches de lujo que ensucian el mundo, los abrigos de pieles arrancadas de un cuerpo tibio y palpitante, las joyas fabricadas sobre las penalidades de hombres esclavos que padecen en las minas de esmeraldas y de oro a cambio de un pedazo de pan.
Rechazo el cinismo de una sociedad que sólo piensa en su propio bienestar y se desentiende del malestar de los otros, a base del cual construye su derrocheY a los malditos indiferentes que nunca se meten en líosSeñalo con el dedo a los hipócritas que depositan una moneda en las huchas de las misiones pero no comparten la mesa con un inmigrante. A los que te aplauden cuando eres reina y te abandonan cuando te salen pústulas. A los que creen que sólo es importante tener y exhibir en lugar de sentir, pensar y ser.
Y ahora, ahora, en este momento de mi vida, no quiero casi nada. Tan sólo la ternura del  amor y la gloriosa compañía de mis amigos. Unas cuantas carcajadas y unas palabras de cariño antes de irme a la cama. El recuerdo dulce de mis muertos. Un par de árboles al otro lado de los cristales y un pedazo de cielo al que se asomen la luz y la noche. El mejor verso del mundo y la más hermosa de las músicas. Por lo demás, podría comer patatas cocidas y dormir en el suelo mientras mi conciencia esté tranquila.
También quiero, eso sí, mantener la libertad y el espíritu crítico por los que pago con gusto todo el precio que haya que pagar. Quiero toda la serenidad para sobrellevar el dolor y toda la alegría para disfrutar de lo bueno. Un instante de belleza a diario. Echar desesperadamente de menos a los que tengan que irse porque tuve la suerte de haberlos tenido a mi lado. No estar jamás de vuelta de nada. Seguir llorando cada vez que algo lo merezca, pero no quejarme de ninguna tontería. No convertirme nunca, nunca, en una mujer amargada, pase lo que pase. Y que el día en que me toque esfumarme, un puñadito de personas piensen que valió la pena que yo anduviera un rato por aquí. Sólo quiero eso. Casi nada. O todo.

viernes, 15 de febrero de 2013

LA VIDA DE LOS OTROS...



Con los alumnos de 3ème estamos elaborando una edición de El País de los estudiantes.
Os dejo aquí este interesante artículo de opinión sobre la convulsa situación que estamos viviendo en nuestra  supuesta democracia...


EN MODO AVIÓN  
por Francesc-Marc Álvaro
La Vanguardia 15-02-2013

OPINIÓN

Desde hace algún tiempo –me aseguran fuentes generalmente bien informadas– siempre que hay una reunión ellos ponen los teléfonos móviles en modo avión, para prevenir.
Este ellos hace referencia a políticos y dirigentes del mundo económico y social de Catalunya, convencidos de que es posible o muy probable que alguien esté escuchando y grabando lo que dicen. No sé si el modo avión es una buena solución contra los espías, otros advierten que lo único que funciona de verdad es extraer la batería del aparato. Sea como fuere, es un hecho comprobado por este cronista que, a fecha de hoy, la gente que tiene algún cargo o alguna responsabilidad en el país habla menos por teléfono y, sobre todo, procura que las conversaciones importantes sean siempre cara a cara. Claro está que, después de según qué noticias muy recientes –que recuerdan las aventuras de Mortadelo y Filemón–, no se descarta que el personal acabe comunicándose mediante señales de humo y palomas mensajeras.
Todo esto da risa y también indigna. Porque una cosa es la lucha imprescindible y ejemplarizante contra la corrupción, los corruptos y los corruptores y otra es volver a la España de la Santa Inquisición, donde todo el mundo era culpable de entrada. Me he manifestado repetidamente a favor de mejorar los controles democráticos y endurecer las penas contra los que consideran las instituciones su negocio, por eso puedo decir claramente que el actual clima de sospecha general, de histeria y de espionajes a raudales no es la respuesta madura y seria que exige una sociedad que, en teoría, vive bajo un Estado de derecho.

¿Se acuerden de La vida de los otros? En aquella película se retrataba muy bien el ambiente putrefacto de espionaje institucional y rutinario que construyeron los gobiernos de la Alemania comunista, como el resto de los países del bloque soviético. Los ciudadanos de aquella tiranía fundamentada en la fábula del hombre nuevo sufrían la violación sistemática de su intimidad a cargo de miles de funcionarios del Estado, que no tenían otra tarea que ir acumulando información –a menudo trivial– para castigar a quien se salía del dictado oficial. Todo el mundo sabía que su existencia acababa reducida a un dossier que podía dar lugar a todo tipo de represalias.

No me gusta vivir en un país donde da miedo hablar por teléfono. No me gusta vivir en un lugar donde no sé quién se dedica a acumular conversaciones privadas para traficar, quizás, con este material cuando el mercado de la basura se anima. No me gusta vivir en una democracia que va camino de ser una parodia siniestra. ¿Qué separa un sistema de libertades y garantías de otro tipo de regímenes? Pequeños detalles como hablar por teléfono sin pensar cada palabra o ir al restaurante sin tener que conversar con mímica.

miércoles, 13 de febrero de 2013

FIGURAS RETÓRICAS para alumnos de 3ème



EL LENGUAJE LITERARIO-FIGURAS RETÓRICAS


Algunos de vosotros me pedisteis apuntes complementarios y páginas donde pudierais hacer ejercicios sobre figuras retóricas y lenguaje literario.
Aquí os dejo algunos enlaces que me parece que os pueden ser de utilidad


1- http://www.iesjovellanos.com/departamentos/leng/nuevos_contenidos/FIGURAS/FIGURAS.htm

2- http://www.apoloybaco.com/Lapoesiafigurasretoricas.htm

3- http://www.retoricas.com/2009/06/principales-figuras-retoricas.html

4- http://www.profesorenlinea.cl/castellano/figuras_literarias.htm

5-http://www.indicedepaginas.com/tests_figuras.html

6-http://poesiasecundaria.blogspot.com.es/p/el-siglo-de-oro.html

7-http://www.retoricas.com/2009/10/figuras-retoricas-en-garcilaso-de-la.html

8-http://www.juntadeandalucia.es/averroes/iescasasviejas/cviejas1/lengua/recures.htm

9-http://bitnube.blogspot.com.es/2012/09/figuras-retoricas-en-canciones.html

10-http://tercerodelaeso.wordpress.com/figuras-lit/



La lítote no es poca cosa
No está nada mal reconocer las figuras retóricas que usamos en el habla de todos los días. La lítote, por ejemplo, un tropo que funciona por atenuación y cuya mecánica consiste en negar lo contrario de lo que se quiere decir. ¿Negar lo contrario? Ajá, y a los mexicanos se nos da muy bien, reacios como somos en tantas ocasiones a unir dos puntos, retóricamente hablando, con una línea recta. Estas líneas arrancaron con una lítote de uso común: “no está nada mal”. Quise decir que está muy bien, pero di un rodeo y negué lo contrario de “bien”, o sea “no mal”. Con ustedes, la lítote.
Si no quieres decir que ese señor parece un hipopótamo, sueltas: “flaco no es”. La lítote bordea casi siempre los terrenos del sarcasmo y la ironía, aunque ya ni nos damos cuenta. Yo no recuerdo en qué página de Alfonso Reyes conocí por primera vez el significado de lítote, que además ejemplificaba grandiosamente. La lítote, pues, quiere decir más diciendo menos, como para bajarle la temperatura a la expresión. Es una figura de cantidad como la hipérbole pero opuesta a ella: la hipérbole infla y la lítote desinfla.

Por Julio Trujillo


http://www.letraslibres.com/blogs/serial/puntos-y-figuras-la-litote

Recordando a Martin Luther King


domingo, 3 de febrero de 2013

INSTRUCCIONES PARA ENSEÑAR A UN NIÑO A LEER


Instrucciones para enseñar a un niño a leer





Conviene empezar cuanto antes, a ser posible en la habitación misma de la clínica de la maternidad, ya que es aconsejable que el futuro lector esté desde que nace rodeado de palabras. No importa que, en esos primeros momentos, no las pueda entender, con tal de que formen parte de ese mundo de onomatopeyas, exclamaciones y susurros que le une a su madre y que tiene que ver con la dicha. Poco a poco irá descubriendo que las palabras, como el canto de los pájaros o las llamadas del celo de los animales, no son sólo manifestación de existencia sino que nos permiten relacionarnos con lo ausente. Así muy pronto, si su madre no está a su lado echará mano de ellas para recuperarla en su pensamiento, o si vive en un pueblo rodeado de montañas les pedirá que le digan cómo es el mundo que le aguarda más allá de esas montañas y del que no sabe nada.

Por eso los adultos deben contarle cuentos y, sobre todo, leérselos. Es importante que el fututo lector aprenda a relacionar desde el principio el mundo de la oralidad y el de la escritura. Que descubra que la escritura es la memoria de las palabras, y que los libros son algo así como esas despensas donde se guarda todo cuanto de gustoso e indefinible hay a nuestro alrededor, ese lugar donde uno puede acudir por las noches, mientras todos duermen, a tomar lo que necesita. A estas alturas habrá hecho un descubrimiento esencial, que existen palabras del día y palabras de la noche. Las palabras del día tienen que ver con lo que somos, con nuestra razón, nuestras obligaciones y nuestra respetabilidad; las de la noche con la intimidad, con el mundo de nuestros deseos y nuestros sueños. Y ése es un mundo que necesariamente se relaciona con el secreto. Por eso, el adulto no debe hablar demasiado al niño de los libros, ni abrumarle con consejos acerca de lo importante que es leer, porque entonces éste desconfiará. La madre que guarda en la despensa los dulces que acaba de preparar, no lo proclama a los cuatro vientos, y así los vuelve más codiciables. Las palabras de la literatura tienen que ver con ese silencio, con lo que se guarda y tal vez hay que robar, nunca con lo que nos ofrecen a gritos, y mucho menos a la luz del día, donde todos pueden vernos. El futuro lector, en suma, debe ver libros a su alrededor, saber que están ahí y que puede leerlos, pero nunca sentir que es eso lo que todos esperan que haga. Sería aconsejable, si me apuran, que los padres no los tuvieran demasiado a la vista, sino que los guardaran dentro de grandes armarios, que a ser posible mantendrían cerrados con llave. Aunque de vez en cuando se olvidarían esa llave, o de cerrar esos armarios, dándole al niño la opción de llevarse los libros cuando nadie les viera. Pero lo más importante es que el niño vea a sus padres leer, discretamente, sin ostentación, pero de una forma arrebatada y absurda. Esa es la mejor iniciación que pueden ofrecer a su niño al mundo de la lectura.

Gustavo Martín Garzo

Publicado en la revista literaria LA NOCHE DE LAS LETRAS
jueves, 22 de marzo de 2012