sábado, 18 de diciembre de 2010

EL SUEÑO DE EDUARDO CHILLIDA

BERNARDO ATXAGA

 La cultura y la crisis económica

Cosas que desaparecen

EL PAÍS
BERNARDO ATXAGA 02/12/2010
Cuando no hay más lógica que la económica y solo ella dicta las normas, muchas cosas desaparecen. Desaparece la gente de las ventanas, porque el tiempo que hasta mediados del siglo XX se empleaba para ver pasar a la gente por la calle o para escuchar el canto de un pájaro se necesita ahora para hacer algo provechoso, es decir, para ganar algunos euros, o para preparar un examen, o para solucionar un asunto, o dos asuntos. Desaparece también la conversación, porque, al haber siempre un quehacer, la gente lo deja para otro día, otro sábado, otro verano. Desaparece igualmente la amistad, porque es difícil quedar, porque la gente tiene la agenda rellena. Por la misma razón desaparece la vida familiar. Como decía un tango, la gente llega a casa deshecha por la máquina, sin más gana que la de ver televisión. Además, siempre hay una llamada telefónica pendiente.
Chillida-Leku era un lugar donde los amigos o la familia podían pasear tranquilamente, contemplando el paisaje y las esculturas y hablando de lo que, en general, no se toma en cuenta. De la ingravidez que el artista confería a la materia, por ejemplo, o del contraste entre la hierba y el hierro, o de la tradición de los herreros y ferrones del País Vasco. Pero, ¿quién podía permitirse el lujo de ir hasta allí y pasar la tarde? Resultaba difícil incluso para la gente de San Sebastián, porque diez kilómetros son diez kilómetros, y treinta esculturas -treinta esculturas abstractas- como ochenta o como cien, porque no puedes mirarlas y exclamar: "¡Una vaca!". Sin esa clase de expansiones, las dos horas que requería la visita daban la impresión de ser 12 o 14. Aunque, en realidad, aunque las dos se quedaran en dos, ¿no era mucho tiempo? Ah, quién pudiera ser vaca, y disfrutar de la bonita tarde o de la bonita mañana, y rumiar, y mugir despreocupadamente.
El caserío de Chillida-Leku se llama Zabalaga. Estuve allí con el escultor cuando todavía estaba en ruinas. Hablamos del "país" y de sus problemas, y de la marcha del arte vasco. Le vi un poco triste, y tuve el impulso de hacerle una confidencia. Había estado aquella semana en una reunión de artistas vanguardistas vascos, y uno de ellos había dicho: "No coincido con Chillida en muchas de sus posturas, pero como artista le admiro profundamente". A esa declaración le habían seguido otras, todas en el mismo sentido. Insistí con vehemencia: no estaba solo, no más de lo que suelen estarlo los verdaderos artistas.
Apareció un campesino que trabajaba para él, un hombre mayor, y Chillida lo saludó efusivamente. Me pareció que estaba emocionado: "¿Sabes? Yo siempre he querido mucho a mi país. Por eso quiero hacer esto. Será mi aportación, una forma de corresponder". El recuerdo resulta ahora descorazonador. Como dicen los ingleses, ninguna buena acción queda impune.
No ha muerto Chillida-Leku por ninguna desidia, ni por la mala cabeza de nadie, sino por un aire que corre y que todo traspasa, por esa lógica económica que nos promete el paraíso y que sin embargo, aún en el mejor de los casos, nos quita lo único importante, el tiempo. Si esta materia preciosa vuelve al mundo, el museo resucitará, y con él muchas cosas maravillosas del pasado, ahora desaparecidas.

viernes, 17 de diciembre de 2010

Nuevas Normas ortográficas

La "i griega" se llamará "ye"

La nueva Ortografía de la Real Academia Española fija la denominación de algunas letras, cambia "quorum" por "cuórum" y elimina las tildes de "solo", "guion" y "o" entre números

JAVIER RODRÍGUEZ MARCOS - Madrid - 05/11/2010
La nueva edición de la Ortografía de la Real Academia Española, que se publicará antes de Navidad, trata de ser, como dice su coordinador, Salvador Gutiérrez Ordóñez, "razonada y exhaustiva pero simple y legible". Y sobre todo "coherente" con los usos de los hablantes y las reglas gramaticales. Por eso el académico insiste en que plantea innovaciones y actualizaciones respecto a la anterior edición, de 1999, pero no es, "en absoluto" revolucionaria. Gutiérrez Ordóñez se resiste incluso a usar la palabra "reforma".
Con todo, al director del Departamento de Español al Día de la RAE no se le escapa que los cambios ortográficos provocan siempre resistencias entre algunos hablantes. De ahí la pertinencia, dice, del consenso panhispánico que ha buscado la Comisión Interacadémica de la asociación que reúne a las Academias de la Lengua Española de todo el mundo. El miércoles, esa comisión, reunida en San Millán de la Cogolla (la Rioja) aprobó el texto básico de la nueva Ortografía de la lengua española. A falta de su ratificación definitiva el 28 de este mes en la Feria del Libro de Guadalajara (México) durante el pleno de las 22 academias, estas son algunas de las "innovaciones puntuales" aprobadas esta semana y destacadas por el propio Gutiérrez Ordóñez.
La i griega será ye. Algunas letras de nuestro alfabeto recibían varios nombres: be, be alta o be larga para la b; uve, be baja o be corta, para v; uve doble, ve doble o doble ve para w; i griega o ye para la letra y; ceta, ceda, zeta o zeda para z. La nueva Ortografía propone un solo nombre para cada letra: be para b; uve para v; doble uve para w; ye para y (en lugar de i griega). Según el coordinador del nuevo texto, el uso mayoritario en español de la i griega es consonántico (rayo, yegua), de ahí su nuevo nombre, mayoritario además en muchos países de América Latina. Por supuesto, la desaparición de la i griega afecta también a la i latina, que pasa a denominarse simplemente i.
Ch y ll ya no son letras del alfabeto. Desde el siglo XIX, las combinaciones de letras ch y ll eran consideradas letras del alfabeto, pero ya en la Ortografía de 1999 pasaron a considerarse dígrafos, es decir, "signos ortográficos de dos letras". Sin embargo, tanto ch como ll permanecieron en la tabla del alfabeto. La nueva edición los suprime "formalmente". Así, pues, las letras del abecedario pasan a ser 27.
Solo café solo, sin tilde. Hay dos usos en la acentuación gráfica tradicionalmente asociados a la tilde diacrítica (la que modifica una letra como también la modifica, por ejemplo, la diéresis: llegue, antigüedad). Esos dos usos son: 1) el que opone los determinantes demostrativos este, esta, estos, estas (Ese libro me gusta) frente a los usos pronominales de las mismas formas (Ese no me gusta). 2) El que marcaba la voz solo en su uso adverbial (Llegaron solo hasta aquí) frente a su valor adjetivo (Vive solo).
"Como estas distinciones no se ajustaban estrictamente a las reglas de la tilde diacrítica (pues en ningún caso se opone una palabra tónica a una átona), desde 1959 las normas ortográficas restringían la obligatoriedad del acento gráfico únicamente para las situaciones de posible ambigüedad (Dijo que ésta mañana vendrá / Dijo que esta mañana vendrá; Pasaré solo este verano / Pasaré solo este verano). Dado que tales casos son muy poco frecuentes y que son fácilmente resueltos por el contexto, se acuerda que se puede no tildar el adverbio solo y los pronombres demostrativos incluso en casos de posible ambigüedad", esto dice la comisión de la nueva Ortografía, que, eso sí, no condena su uso si alguien quiere utilizar la tilde en caso de ambigüedad. Café para todos. No obstante, la RAE lleva décadas predicando con el ejemplo y desde 1960, en sus publicaciones no pone tilde ni a solo ni a los demostrativos.
Guion, también sin tilde. Hasta ahora, la RAE consideraba "monosílabas a efectos ortográficos las palabras que incluían una secuencia de vocales pronunciadas como hiatos en unas áreas hispánicas y como diptongos en otras". Sin embargo, permitía "la escritura con tilde a aquellas personas que percibieran claramente la existencia de hiato". Se podía, por tanto, escribir guion-guión, hui-huí, riais-riáis, Sion-Sión, truhan-truhán, fie-fié... La nueva Ortografía considera que en estas palabras son "monosílabas a efectos ortográficos" y que, cualquiera sea su forma de pronunciarlas, se escriban siempre sin tilde: guion, hui, riais, Sion, truhan y fie. En este caso, además, la RAE no se limita a proponer y "condena" cualquier otro uso. Como dice Salvador Gutiérrez Ordóñez, "escribir guión será una falta de ortografía".
4 o 5 y no 4 ó 5. Las viejas ortografías se preparaban pensando en que todo el mundo escribía a mano. La nueva no ha perdido de vista la moderna escritura mecánica: de la ya vetusta máquina de escribir al ordenador. Hasta ahora, la conjunción o se escribía con tilde cuando aparecía entre cifras (4 ó 5 millones). Era una excepción de las reglas de acentuación del español: "era la única palabra átona que podía llevar tilde". Sin embargo, los teclados de ordenador han eliminado "el peligro de confundir la letra o con la cifra cero, de tamaño mayor".
Catar y no Qatar. Aunque no siempre lo fue, recuerda el coordinador de la nueva ortografía, la letra k ya es plenamente española, de ahí que se elimine la q como letra que representa por sí sola el fonema /k/. "En nuestro sistema de escritura la letra q solo representa al fonema /k/ en la combinación qu ante e o i (queso, quiso). Por ello, la escritura con q de algunas palabras (Iraq, Qatar, quórum) representa una incongruencia con las reglas". De ahí que pase a escribirse ahora: Irak, Catar y cuórum. ¿Y si alguien prefiere la grafía anterior: "Deberá hacerlo como si se tratase de extranjerismos crudos (quorum, en cursiva y sin tilde)". Aunque esta regla no sirve para los nombres propios, que se siguen escribiendo en redonda, del mismo modo que hay quien prefiere escribir New York a Nueva York.

lunes, 29 de noviembre de 2010

EL ARTE DE LA ORATORIA

SOLEDAD PUÉRTOLAS SE INCORPORA A LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA DE LA LENGUA Y RECOMIENDA QUE LOS ESTUDIANTES APRENDAN ORATORIA


Soledad Puértolas: "Los jóvenes deberían aprender oratoria"
La escritora zaragozana se incorporó el pasado lunes a la Real Academia de la Lengua Española; la quinta mujer en acceder a esta institución

Pedro Vallín | Madrid | 28/11/2010 |  Cultura
La escritora zaragozana Soledad Puértolas se incorporó el pasado lunes a la Real Academia de la Lengua Española –la quinta mujer en acceder a esta institución– para ocupar el sillón g, y lo hizo con un discurso sobre los personajes secundarios del Quijote, un texto en el que lleva trabajando desde que se anunciara su incorporación a la RAE, el invierno pasado. Acostumbrada a su refugio en las afueras de Madrid, una casa centenaria en la que los primeros inquilinos salpicaron el solado del zaguán con cerámicas alusivas al Quijote. El tráfago de estos días ha sido pues una ruptura en una rutina de serenidad conquistada con el paso de los años. Puértolas no es disciplinada en la escritura, confiesa, ni compulsiva en la lectura. Le gusta escribir por las mañanas y para las tardes prefiere la conversación o la lectura. Para la autora de El bandido doblemente armado, la intensidad de los últimos días es excepcional. Pronto volverá sobre su nuevo libro, basado en un viejo escrito de juventud en el que, descubrió, había el germen de una buena novela.


Cómo ha llevado la ceremonia, la gravedad institucional de la Academia en este desembarco suyo?
Creo que soy un poco inconsciente de esas cosas. No me ha pesado mucho, la verdad, aunque ya necesitaba descansar, desconectar. Y mi forma de tranquilizarme es pasar el día en casa.

¿Sufrió nervios?
Creía que no iba a ponerme nerviosa, pero al final fue más de lo que imaginaba. Estaba preocupada de que no me temblaran la voz, las manos ni las piernas, pero estaba muy mentalizada, y en cuanto empecé todo fue bien. En el fondo me sentí más a gusto de lo que había sospechado porque había un ambiente muy cálido. Había muchos amigos allí y también la familia, y todo el mundo fue muy acogedor conmigo.

Pasada la ceremonia de ingreso, ¿cuándo comienza su labor como académica?
El jueves, hubo Junta General.

¿Y?
Como todavía no estoy adscrita a ninguna comisión, no tuve que intervenir. Si le digo la verdad, estaba casi más nerviosa el jueves que el día del ingreso.

¿Como empezar las clases?
Sí, como cuando me incorporaba a las clases con 14 años y era la nueva. Quieres que ese día, en que todos están pendientes de tí, pase cuanto antes.

Cree que le va a pesar en alguna medida su condición de académica en su labor como escritora de ficción? ¿Es una responsabilidad para el escritor?
No creo, no. Los creadores somos muy nuestros, nos abstraemos bastante a la hora de crear debido a la misma naturaleza de lo que hacemos. Lo que tengo que hacer ahora es ordenar la cabeza y la mesa, eso sí, pero cuando te pones a escribir es como si hicieras clic para sumergirte en un mundo propio.

Es importante organizar la mesa para ordenar la cabeza. Sí, ¿verdad?
Es algo que va parejo. hasta que no ordene el escritorio, no puedo organizarme. Después de centrarme estos meses en el discurso de la Academia hay que colocarlo todo para volver a escribir. La verdad es que estoy cansada, pero contenta.

Hay temporadas en que la Academia no da señales de vida y de pronto ocupa un montón de titulares. A usted le ha tocado entrar en un momento movido, con la nueva ortografía y los cambios de los nombres de las letras...
Cierto, de eso se informó el jueves en la junta. Ha provocadomucho revuelo este asunto.

¿Llegó a alguna conclusión?
Bueno, se hizo un resumen de la situación y percibí esa conmoción que ha causado sobre todo en otras academias, pero también que el asunto no está cerrado. En Guadalajara se volverá a plantear, no se trata de normas estrictas y todo está abierto a la discusión, por lo que yo he visto. Pero como era un mero informe y no hubo debate el jueves, tampoco tengo una idea exacta de cómoestán repartidas las esensibilidades de los académicos.

¿Teme que esta labor le robe tiempo de sus quehaceres literarios?
No, no. Es una tarea muy específica, muy acotada en el tiempo la que requiere la Academia. Además, me he esforzado mucho en defender mi territorio para escribir, no es probable que ser académica afecte a eso.

Entonces, ¿para cuándo su nueva novela?
Uy, no lo sé. ahora dejaré pasar unos días y luego me pondré a repasarla, porque ya está escrita.

¿Le exige mucho tiempo repasar un relato ya escrito?
Mire, o me lleva mucho o no me lleva nada. Centro mi atención en discernir si algunos episodios requieren más extensión, o más profundidad...

No es persona muy normativa y tampoco se ve como guardia de corps de las palabras. ¿Cuál cree que será su papel?
Creo que debo ser natural, escuchar los planteamientos y hablar con franqueza. En todo caso, el tiempo dirá cuál es mi papel.

No se veía como académica, pero se supone que si la han propuesto, han pensado en qué medida enriquece la institución.
A esa indulgencia me atengo.

¿Se atreve con un diagnóstico de la situación de la lengua?
Cuando viajas a otros países hispanos ves que aquí tenemos una formación pobre, que no se ha valorado la expresión. Habría que enseñar a apurar más la lengua.Quizá enseñar retórica?
Oratoria, quiere decir, ¿no?

Perdón, sí. Sí, eso sería una buena forma de aumentar la capacidad de expresión oral y escrita. La enseñanza de la lengua es muy árida y no nos han estimulado a emplear la lengua para nuestros objetivos. Cuando estudiaba se pedía hacer resúmenes y redacciones y yo me lo pasaba muy bien y me sentía muy valorada. La lengua es un instrumento lleno de recursos y podemos y debemos aprender a adaptarla a nuestros objetivos. No hacerlo es una pena en lo profesional y en lo personal

ORATORIA:
 Arte de hablar con elocuencia.
 Disciplina del género literario que se aplica en todos los procesos comunicativos hablados, tales como conferencias, charlas, sermones, exposiciones, narraciones .


En todos estos  procesos se aplica la oratoria y por lo general su fin es persuadir. Este fin es lo característico suyo, lo que la distingue de otras disciplinas: la didáctica enseña; la poética deleita; y la oratoria persuade. Persuadir es hacer que las personas tomen decisiones y actúen .

APRENDEMOS POR IMITACIÓN


La solución es de todos

Mª Rosa Buxarrais- La Vanguardia 9-01-2011

Es fácil oír a menudo a personas mayores quejándose de la poca educación de jóvenes en el transporte público (no ceden el sitio, ponen los pies en los asientos, gritan de un extremo a otro...) o lamentando la ausencia del saludo al llegar a un lugar, de las gracias ante un favor, etcétera. Todos estos comportamientos entran dentro de lo que llamamos buenos modales o buena educación: actos que expresan el nivel de conciencia que tenemos hacia la dignidad de las demás personas.

Observando a nuestro alrededor - familia, amigos, escuela, trabajo, medios de comunicación-,parece que los buenos modales no están de moda. No podemos excusarnos en que no hay otra opción en esta sociedad individualista. En muy poco tiempo, el mundo ha logrado grandes avances - en la ciencia y la tecnología, por ejemplo-,pero en otros - las relaciones humanas-,podríamos decir que ha sufrido un retroceso. Muchos han olvidado lo importante de un trato correcto con los demás.

Por otro lado, los buenos modales deben enseñarse. Y no podemos esperar que sólo los maestros en la escuela lo hagan, porque aunque puedan fomentar conductas como: habla sin gritar o respeta al otro, no pueden asegurar que se conviertan en hábitos. Es en casa donde los padres debemos potenciar los buenos modales predicando con el ejemplo desde que el niño nace, para que llegue a ser parte de su forma de ser durante toda su vida.

No hace mucho, existía un manual de Urbanidad y buenas maneras con las reglas que seguir para convivir en sociedad, que siempre existieron y deberían continuar existiendo. Estas normas son indispensables para que una sociedad subsista y continúe siendo civilizada, y deben practicarse constantemente para formar hábitos de buena educación.

Tener buenos modales requiere cierta sensibilidad para prever los sentimientos de otras personas y estar en consonancia con ellos. En términos actuales, diríamos tener inteligencia emocional, entendida como la expresión del don de agradar a los demás, de utilizar habilidades comunicativas para generar bienestar alrededor (respetar, saber escuchar, etcétera).

Los buenos modales nos abren las puertas hacia el futuro, un futuro donde se procura el bien de los que nos rodean, no sólo el propio. Habrá que ir a contracorriente, si hace falta, y tomar conciencia de que esto supone una acción colectiva y un compromiso de toda la sociedad. La solución está en todos nosotros.